La historia de Yuki (Parte 4)

Publicado por Hikari | Etiquetas: , | Posted On sábado, 7 de noviembre de 2009 at 18:34

Venga, ésta y otra más y ya se acaba! Mañana hago la siguiente ^^ PROMISED!

Sui se recuperaba lentamente. En ningún momento Yuki se separó de su hermana, ya que se sentía culpable por lo ocurrido. Sus padres le reprochaban que debería haber estado pendiente de su hermana en vez de aquel muchacho. Yuki les decía que si no fuera por él Sui no estaría ahí, pero eso sus padres no lo querían reconocer. Cuando Sui empezó a andar de nuevo, ya que estaba en reposo, Yuki salía con ella al jardín a que le diera el aire. De vez en cuando veía a Ishida por allí, y charlaban, pero Yuki parecía algo decaída cuando hablaba con él, ya que, aunque no quería hacerles caso, las palabras de sus padres la habían calado hondo. Los guardias, siempre que lo veían lo echaban de allí. Al principio se defendía diciendo que él pertenecía a la División Especial de la Caballería, pero luego ya salía directamente para no causarle problemas a Yuki.

Cuando su hermana se recuperó del todo y vio que en la frente tenía cicatrices se deprimió un poco. Así que sus padres le encargaron un pañuelo blanco para cubrirlas. Al ya estar recuperada, Ishida le dijo a Yuki de quedar, y ella aceptó. Ese día se arregló bastante. Habían quedado en un sitio algo alejado de la casa para que sus padres no los vieran. Yuki estuvo esperando, pero Ishida no apareció. Entre triste y enfadada volvió tras un buen rato esperándole. Esa noche, a su ventana llamó Ishida. Yuki abrió enfadada. "¿Cómo has subido?" Vio que estaba subido en un trozo de tierra que él mismo había levantado con su poder.

Ishida: No he podido ir esta tarde.
Yuki: Ah, ¿no me digas?
Ishida: Ha habido un problema con unos bandidos y hemos tenido que ir a solucionarlo.
Yuki: Oh, vaya... sí que eres importante ahora.
Ishida: ¿Por qué estás enfadada? Ya te he dicho que me ha sido imposible.
Yuki: Bueno, ¿pero nadie podía avisarme? He estado como una tonta esperándote...
Ishida: ¿A quién querías que mandara? Yo no conozco a nadie allí...
Yuki: Ya, pero a mí si me conocen... no es tan difícil pedir un favor...
Ishida: ¡Oye, guapa! Que no he faltado por gusto. Yo tengo cosas que hacer.
Yuki: Y yo no... es eso ¿verdad?
Ishida: Eh... no he querido decir eso. Va, no te lo tomes así.
Yuki: ¡Buenas noches!.

Yuki cerró la ventana de golpe. Ishida se quedó un rato esperando a ver si Yuki volvía, pero ella corrió las cortinas y se acostó en la cama pensando "Pedir disculpas tampoco es difícil...". No vio a Ishida hasta unos días más tarde.

Ishida: ¿Cómo estás?
Yuki: Bien, ¿por qué?
Ishida: No sé, el otro día parecías enfadada.
Yuki: Ah, ¿sí? ¬¬
Ishida: Pensé que sería mejor dejarte un poco para que se te pasara.
Yuki: Vaya, tú sí que entiendes a las mujeres... ¬¬
Ishida: Pero, ¿te ha pasado algo o...?
Yuki: Mira, Ishida, si no te has dado cuenta ya no te esfuerces en intentar comprenderlo...
Ishida: Y ahora te pones borde... En fin, ¿quieres que quedemos mañana? Mina me ha dicho que me deja la tarde libre.
Yuki: (...) Está bien. Pero como llegues tarde... ¡Te la cargas!

Yuki de nuevo se arregló. Pensaba "seguro que me compensará *-*". Pero aquella tarde tampoco apareció. Yuki se quedó un buen rato esperando. Al cabo de un par de horas apareció.

Ishida: ¡Qué bien que aún te pillo aquí!
Yuki: (...)
Ishida: Yo no sé que pasa. Hoy han raptado a una mujer y nos ha tocado a nosotros ir especialmente a rescatarla. Y luego han robado a unos en el camino... y después...
Yuki: Ya basta...
Ishida: ¿Qué?
Yuki: Estoy harta...

Yuki se levantó y se marchó. Ishida iba detrás intentando hablar con ella, pero Yuki lo ignoraba todo el rato. Ishida se cansó y dejó de seguirla. Estuvieron mucho tiempo sin verse. Yuki al principio estaba enfadada, pero cuando pasaron unas cuantas semanas lo echaba más de menos que otra cosa. Estaba bastante decaída, y su madre estaba algo preocupada. Una noche, sus padres mantuvieron una conversación mientras Yuki estaba en su cuarto. Sui, sin embargo, sí que escuchó la conversación. Subió al cuarto de su hermana y entró sin llamar.

Yuki: Lárgate. ¿Por qué entras sin permiso?
Sui: Yuki, mamá y papá están hablando...
Yuki: Si, es normal... las personas hablan, Sui. Márchate y déjame tranquila.
Sui: Pero están hablando sobre ti...
Yuki: ¿Sobre mí? ¿Y de qué, si puede saberse?
Sui: Ahora sí quieres escucharme, ¿eh? Pues ahora no te lo cuento!
Yuki: ¡Sui! ¡Que me lo cuentes!
Sui: No hace falta ponerse borde, ¡jo! Estaban hablando del chico este...
Yuki: ¿Ishida? ¿Y qué decían?
Sui: Algo de unos bandidos....
Yuki: ¿¡HAN ATACADO A ISHIDA!?
Sui: Noooo... Papá decía algo de que no iba a dejar que salieras de casa porque no quería pagar más bandidos...
Yuki: ¿Y eso que tiene que ver con I...? ¡LA MADRE QUE..! ¡SERÁN..!

Yuki bajó corriendo las escaleras y se fue directa a hablar con sus padres. Que si creían que no se iba a enterar de sus chanchullos, que si creían que no se iba a enterar. Los padres intentaron razonar con ella pero Yuki no les quiso escuchar y se marchó de casa. Los padres llamaron a los guardias para cogerla, pero Yuki, que iba con su caballo, logró escapar. En mitad de la noche, fue a buscar a Ishida, pero al no saber donde se encontraba, pues estuvo dando vueltas mucho rato. Los guardias la encontraron y la obligaron a volver. Los días siguientes, Yuki estuvo encerrada. No podía salir de ninguna manera. Había guardias hasta debajo de su ventana. Esos días vio que unos hombres rondaban la casa. Su padre parecía alterado, pero ella no quiso preguntarle por qué, ya que ni siquiera le dirigía la palabra. Tras un mes de encierro, que acabaron por volver a Yuki en una chica agria, una de las criadas le entregó una carta a escondidas de su padre, que esa noche había salido a cenar con su esposa a casa de un amigo. Era de Ishida.

"Bueno, con ésta ya van 12 las cartas que te escribo ya que no puedo ni acercarme a tu casa. Que sepas que eso me molesta bastante. Espero que sea todo cosa de tu padre porque no me hace gracia ni tan siquiera el no cruzarme contigo por la calle. Supongo que estabas enfadada por no haber podido asistir a nuestras "citas" (no sé exactamente como llamarlo) pero te aseguro que no podía hacer otra cosa. Espero poder verte pronto. Ishida."

Yuki se enfadó aún más con su padre por haberle ocultado las cartas de Ishida, pero este odio se compensó con el gran afecto que había sentido al leer la carta. En seguida escribió otra. Pretendía dársela a su criada para que se la diera a Ishida cuando de pronto, unos bandidos irrumpieron en su casa. Algunos guardias del exterior de la casa ya estaban muertos y quedaban muy pocos. Uno de ellos pudo escapar y va a avisar a la Caballería. Los bandidos empezaron a robar diciendo "Cogedlo todo! Hay que cobrar lo que nos debe!". Yuki quería hacerles frente, pero una de las criadas le dijo que se escondiera, y le dio un cuchillo por si se tenía que defender. Uno de los bandidos la vio y rápidamente 3 fueron a por ella. Ella corrió, sin embargo la pobre criada fue asesinada. Yuki entró en la habitación de Sui que estaba escondida bajo la cama. Yuki se metió con ella y le dijo que no hiciera ruido. Uno de los bandidos entró en la habitación. Sui empiezó a temblar, pero Yuki le cogió la mano para que se tranquilizase. De pronto, el bandido se agachó y las vio debajo de la cama. Sonrió. Entonces, Yuki, le clavó el cuchillo en el ojo. El bandido se echó hacia atrás y empezó a gritar de dolor. Yuki salió, le quitó el cuchillo y le pegó una fuerte patada en el pecho, haciéndole caer por la ventana. Los otros dos que habían corrido tras ella aparecieron por la puerta. Yuki sólo tenía el cuchillo para defenderse contra los dos grandes hombres. Empiezó a temblar. "¿Qué pasa, guapa? ¿Tienes miedo? Creo que podríamos sacar un gran pellizco por ella. Je..". "¡NO OS ACERQUÉIS! O... O YO..." decía Yuki. "¿O qué?". Los dos se abalanzaron sobre ella cuando entró de golpe Ishida por la ventana, atacándoles con su poder y dejándolos inconscientes.

Ishida: ¿¡Se puede saber a qué chica se le ocurre enfrentarse a dos hombres con un cuchillito de cocina!? ¿¡TE HAS VUELTO DEL TODO LOCA!?
Yuki: Ishida... (lo abraza de golpe) ¡Lo siento!
Ishida: ¿Eh? ¡Ah! ¿Yuki? ¿Qué haces? Oye...
Yuki: Perdóname... por favor... fue todo cosa de mi padre... lo siento... no sabía nada...
Ishida: ¿De qué hablas? Oye, ¿estás bien?
Mina: ¡Ishida! ¡Baja aquí!
Ishida: Un momento, Yuki.

Ishida bajó hacia abajo. Yuki estaba realmente nerviosa por lo ocurrido, pero recordó que su hermana pequeña estaba debajo de la cama, así que trató de aparentar estar serena para no asustarla más de lo que estaba. Yuki le tendió la mano para que saliera. "¿De verdad se han ido?" preguntó Sui. Yuki le sonrió y le dijo que sí. Las dos hermanas bajaron al salón, donde estaban Mina, Ishida y Balder. Mina les preguntó que donde estaban sus padres. Una vez conseguida la información, los fue a buscar. Sui no se separó de su hermana, así que ella no pudo hablar con Ishida, que era lo que realmente quería. En seguida llegaron sus padres. En cuanto vieron a Ishida lo hicieron salir de la casa, a pesar de las objeciones de Yuki. Mina le decía que él había salvado a sus hijas, que mostrara un poco más de agradecimiento, pero el padre se negó. Mandó a sus hijas a la habitación. Balder y Ishida estaban fuera, y Mina se quedó hablando con sus padres. Yuki se escapó por la ventana de su habitación, diciéndole a Sui que en seguida volvía. En seguido oyó que Mina, Ishida y Balder se marchaban, así que llamó silenciosamente a Ishida. Éste se giró y la vio. Al pararse, Mina le dijo que avanzara, que se quería marchar de esa casa. Así que Yuki le tiró un papel, que era la carta que había escrito en respuesta a la suya. Volvió Yuki a subir por la ventana y dio la casualidad de que su padre estaba en la habitación. Él la miró con cara seria.

Padre: Nos vamos.
Yuki: No pienso ir a ningún sitio.
Padre: Me ha dicho la extraña mujer esa que aquí no estaremos a salvo, y no voy a permitir que mi familia lo pase mal.
Yuki: ¡Si estamos en peligro es sólo por culpa tuya!
Padre: ¡En vez de ser tan obstinada deberías agradecer el esfuerzo que estoy haciendo por ti!
Yuki: ¿Por mí! ¡Ja! ¡Sólo por ti y por tu orgullo!
Padre: Me da igual lo que digas. Haz las maletas. Ya mismo nos vamos.
Yuki: ¿A dónde?
Padre: A Midrin.
Yuki: ¿¡A MIDRIN!? ¿NOS VAMOS FUERA DEL REINO?
Padre: Date prisa y recoge tus cosas.
Yuki: ¡NO!
Padre: ¡YUKI KOJIMA! ¡HAZ LAS MALETAS Y NO PONGAS LAS COSAS MÁS DIFÍCILES!
Yuki: ¡Déjame al menos...!

El padre de Yuki se fue de la habitación. Yuki lloró de rabia. Al poco rato, llegó un carruaje y la familia partió hacia Midrin, el país vecino. Al día siguiente, tras haber leído la carta de Yuki, Ishida fue hacia su casa. Pero, para su sorpresa, la casa estaba vacía.




©Hikari

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