Last Century 18

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On sábado, 5 de marzo de 2011 at 10:24

Como muchas otras veces ya, se me pasó poner el link de descarga del capítulo 9 =.= En fin, aquí va!

Last Century 9

Y nada, nos habíamos quedado en que la gema de Azumi se quebró al descubrir que Jin (Johnny en humano) tenía relación con la muerte de su padre.


Llevaron rápidamente a Azumi a la enfermería. Allí, la tumbaron en una camilla y conectaron su gema, a través de unos cables, al sistema de reserva de energía, que estaba bastante alto debido a la subida de energía que se produjo cuando Azumi mató al devorador.

Los médicos de Last Century comprobaban sus constantes vitales. Con el aporte de energía a su gema, parecía que más o menos se mantenía estable. Sin embargo, no reaccionaba a ningún estímulo. Al registrar su actividad cerebral, detectaron que éste aún seguía funcionando y las ondas registradas marcaban que Azumi estaba como soñando.

En el interior de su mente ella se veía sola, estirada en un vacío de oscuridad. Intentaba abrir los ojos, pero no podía, le pesaba todo el cuerpo. De pronto, una voz conocida la llamaba, pero ella era incapaz de responder. Entonces, una pequeña luz hacía destellar sus ojos cerrados. Era una luz cálida, que poco a poco bañaba su cuerpo y la hacía levantar de su letargo. Volvió a oír aquella voz familiar que la llamaba. Intentaba buscar de donde venía, pero la voz resonaba igual por todo el vació, así que le era imposible adivinar su procedencia. Al mirar alrededor, le pareció que aquel vacío era el lugar en el que apareció tras ser atropellada. Recordó que en aquel lugar vio una luz, así que decidió buscarla. Mientras corría, volvió a sentir esa voz que pronunciaba su nombre una y otra vez. Pudo reconocer una voz masculina, que al oírla la llenaba de ternura y de tristeza.

Cada vez que en la mente de Azumi se oía esa voz, su gema disminuía el consumo de energía, pero volvía aumentar con la desesperación de Azumi por no encontrar nada en ese lugar. Cayó de rodillas, rendida y desistiendo su búsqueda, pues parecía que de verdad no había nada allí. Pero ella había sentido esa luz, así que el no encontrarla la irritaba. “Yo sólo quiero salir de aquí… Que alguien me ayude… por favor…” suplicaba Azumi, sintiéndose derrotada. Entonces volvió a oír aquella voz. Al alzar la cabeza, vio una tenue luz que iba apareciendo ante sus ojos. Estiró su mano hacia ella. Aquella luz tenía una calidez que ya había experimentado antes y que sentía que echaba de menos.
  • Azumi… – pudo oír que decía aquella luz.
  • ¿Quién… quién eres? – preguntó Azumi confusa.
  • No estés triste, Azumi – decía la voz con un tono muy calmado.
  • Esa voz… – dijo en una gran inspiración, sorprendida – Papá…
Azumi empezó a llorar.
  • ¿Por qué? – preguntó ella – ¿Qué está pasando?
  • Cariño – dijo la luz tiernamente –, sé que lo estás pasando mal, por eso he venido a verte.
  • Pero… ¿Por qué eres una luz?
  • Mi consciencia sucumbió a aquel monstruo, así que poco queda de mi alma… Ésta es de la única forma que puedo sobrevivir.
  • ¡Pero!
  • Sé que estás confundida. Muchas cosas han pasado últimamente, y crees que aquellos en quienes confías te han traicionado. No quiero que eches tu vida a perder por ello, Azumi. Eres joven, así que no te rindas.
  • ¿Por qué dices eso? – dijo Azumi algo confundida.
  • Estás en este lugar oscuro porque has decidido abandonar, pero hay algo que te mantiene unida a la vida. O mejor dicho, alguien… ¿verdad?
  • ¡Pero Johnny sólo me ha estado engañando todo este tiempo! ¡Seguro que ni siquiera le importo! – gritó Azumi.
  • ¿Crees que de verdad no se preocupa? ¿Te has parado siquiera a escuchar su voz?
  • ¿Cómo?
Los dos se quedaron en silencio. Azumi estaba enfadada porque no oía nada. Replicó a su padre por ello, pero él le dijo pensara en Johnny, en cosas que habían vivido juntos. Azumi empezó a pensar, primero un poco por obligación, pero luego empezó a recordar buenos momentos con el peluche. Entonces oyó su voz, muy débilmente. “¡Azumi, por favor, responde! Azumi…”. Azumi apretó fuerte los labios.
  • Me da igual! ¡No me importa si se preocupa o no! Él te mató así que…
  • Azumi – interrumpió el padre –, deja que te cuente algo sobre tu amigo. Él…





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