Hana (27)

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On jueves, 29 de septiembre de 2011 at 22:31


      Al día siguiente, Hana se despertó por la mañana con el molesto pitido del despertador. Tapó su cara con la almohada, pero enseguida vino su madre para hacerla levantar. Fue al baño y se lavó la cara. Por algún motivo, tenía más sueño que de costumbre. “Hoy será un mal día” pensó mientras estiraba sus mejillas hacia abajo, mirándose al espejo.
      Mientras se vestía, recibió un mensaje de Natsumi. Le decía que llegaría tarde, y que partiera hacia el instituto sin ella. Así que Hana terminó de vestirse, desayunó y se fue hacia allí.
      Se encontró con unas compañeras en la puerta del centro, y subió con ellas por las escaleras. Entró en clase riendo, por una anécdota que contaba Miaka de algo que le pasó el día anterior. Se dirigió hacia su asiento, pero mientras caminaba hacia él miró hacia las mesas donde estaban los chicos, para saludarlos. Pero sólo estaba Kato, que la miró sonriente. Hana se asombró al verle el pómulo y la nariz ligeramente amoratados, y se acercó a él.
      – ¡Hola! – dijo Kato feliz de que se acercara a hablar con él. Sin embargo, la cara de Hana reflejaba claramente el motivo de su acercamiento.
      – ¿Qué te ha pasado? – Hana era incapaz de cerrar la boca. No pudo evitar preocuparse por él, pensando que algo malo le había pasado.
      – ¿Lo dices por la cara? – Kato se agarró el mentón, y sonrió. Quería quitarle algo de hierro al asunto y recuperar algo del afecto de su amiga. Pensó que esa situación igual le resultaba ventajosa.
      – ¿Por qué lo voy a decir sino?
      – Pues nada, que me pegué con un idiota – dijo él, encogiéndose de hombros.
      – ¿Con quién? – Hana no podía creer la tranquilidad con la que hablaba de todo aquello.
      Entonces apareció Ryosuke por la puerta, con el labio hinchado y la zona inferior del ojo algo morada. Kato desvió la mirada hacia él y Hana se giró. Al verlo, era capaz de reaccionar. Kato le sonrió, mientras movía los dedos a modo de saludo. Ryosuke volvió la cara y se fue a su asiento.
      – ¡¿Con Ryosuke?! – exclamó de repente Hana. Su cerebro era incapaz de procesar toda aquella situación, y no le entraba en la cabeza nada de todo aquello. – ¿Pero por qué?
      – Pregúntale a él, que fue el que empezó… – Kato volvió a encogerse de hombros. Parecía que no iba a poder sacar nada de él, así que Hana se decidió ir a hablar con Ryosuke directamente.
      Se giró y lo miró. Estaba sentado en su silla, de espaldas a ella, con la cabeza apoyada en su mano izquierda, mirando a la mesa, sin decir nada. Pensó en cómo podría preguntárselo, si debía ir directa o esperar a que se lo contara él. Mientras se acercaba a él poco a poco, Natsumi apareció y la abrazó por detrás.
      – ¡Buenos días! ¿Qué tal? – dijo alegre Natsumi. Pero Hana no contestó, simplemente torció la boca y suspiró. – Ay, ¿y esa cara de buena mañana?
      – Kato y Ryosuke – fueron las únicas palabras que fue capaz de pronunciar. Seguía sin ser capaz de creer que esos dos se hubieran peleado.
      – Qué pasa con… – Natsumi miró a ambos. Al fijarse bien, no pudo evitar abrir bien los ojos sorprendida. – ¿Pero qué les ha pasado? Están…
      – Se han peleado… – Natsumi parecía igual de incrédula que Hana ante aquella situación. De Kato sí se lo podía esperar porque desde pequeño siempre se había metido en líos, pero Ryosuke, desde que lo conoció, le había parecido un chico bastante calmado. Hana miró de frente a Natsumi. – Kato no me ha querido decir por qué. Pero dice que fue Ryosuke quien empezó la pelea.
      – Ryosuke, eh… – Natsumi se mostraba pensativa.
      – ¿Qué pasa? ¿Sabes algo? – Hana pensó que quizá ella podía saber el motivo por el cual Kato y Ryosuke se habían peleado.
      – Saber, saber, no. Pero últimamente Ryosuke está muy raro. – Natsumi hablaba en un tono de voz bajo, para que la gente no las oyera mientras especulaban sobre los posibles motivos que les llevaran a enfrentarse. – A ratos está contento… otros parece decaído… Vamos, porque es un chico que sino te diría que esta premenstrual…
      – ¿Ah, sí? – Hana parecía sorprendida. – Conmigo está siempre bien.
      – A eso me refiero… – Natsumi se acercó al oído de Hana para susurrarle sus deducciones al oído. – Yo creo que…
      – Buenos días – Yoichi interrumpió la conversación entre las dos amigas.
      – ¡Ah! ¡Yoichi! ¡Buenos días! – Natsumi no pudo contener su alegría al verlo. Ahora que su amiga ya lo sabía todo, no tenía que ocultar sus sentimientos.
      – Cuanta energía de buena mañana… – Hana se fijó en Yoichi. Parecía cansado. Igual decaído. Quizá él sabía el motivo de la pelea.


© Hikari

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