Juego de imaginación

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On sábado, 5 de noviembre de 2011 at 12:00

Y aquí estamos un sábado más con el juego :D En realidad hoy es viernes (o sea, ayer para vosotros xD), pero es que el sábado (o sea, hoy xD), estaré comiendo en la casa de campo de mis tíos (comúnmente conocido como "torre" xD), y como no quiero dejaros sin historia hasta la tarde, la programo ya! Pero tendréis que esperaros para votar.....

En fin, los resultados de la semana pasada son:

  • ¡EMPATE! Entre poner la música bajita y no ponerla. jums jums jums..... Os he de confesar una cosa... El resultado de cualquiera de estas dos opciones iba a ser el mismo xDDD Pero si ponía las dos quizá os hacía pensar más... no sé xDD En fin, yo escojo que pone la música bajita porque yo no sé trabajar sin música jaja
¡Al lío!

     Arisu decidió poner algo de música, para relajar el ambiente, ya que un silencio absoluto hubiera resultado incómodo. Decidió poner un volumen bajo, para no distraerse demasiado con la letra de las canciones, y para no molestar a Akimoto.
     Concentrada, intentaba despejar la "x" del problema de matemáticas. Sin embargo, aquel día Arisu estaba demasiado espesa, y no era capaz de dar con la solución. Así que decidió pasar de matemáticos y cogió el libro de inglés. Mientras colocaba en un texto los verbos en su tiempo correcto, empezó a oír unos pequeños golpes.
     – ¿Qué es eso? – preguntó Arisu, mientras bajaba el volumen de la música.
     Akimoto se incorporó y se sentó rápidamente en la cama, con cara de agobio. Arisu se fijó en que aquel ruido provenía de pequeñas piedras chocando contra el cristal de la ventana. Molesta, se levantó de la silla y abrió la ventana para comprobar quien se dedicaba a tirar piedrecitas. Allí, dos plantas más abajo, un chico la contempló con cara de sorpresa.
     – ¿Qué quieres? – dijo Arisu con un tono un poco agresivo.
     – Perdón – se disculpó el chico. En su voz, Arisu pudo ver reflejada parte de su tristeza –. ¿Está Chie?
     – No estoy – dijo rápidamente Akimoto, susurrando.
     – N-no está – repitió Arisu, sin apartar la vista del chico.
     – Ah... – el chico parecía decepcionado – Vaya. Yo... siento haberte molestado – tras decir esto, el chico se marchó sin más.
     Después, Arisu cerró la ventana y miró apenada a Akimoto, quien estaba sentada en la cama, entrelazando sus dedos mientras su mente volaba. Sabía que no era asunto suyo, sabía que no tenía la suficiente confianza para hablar con Akimoto de lo que había pasado. Pero de alguna manera, después de aquel momento se sintió en medio de una situación comprometida.
     – ¿Qué pasa, Akimoto? – pregunto Arisu, mientras se sentaba en su silla y la arrastraba, haciendo fuerza con sus pies, para estar más cerca de ella.
     Parecía dudosa, no tenía ganas de hablar. De repente, rompió a llorar. Arisu no sabía qué hacer. Decidió coger un pañuelo de papel de la caja que tenía sobre la mesa, y se lo dio, para que se secara. Pero Akimoto no paraba de llorar. Parecía como si todo lo que se había estado guardando aflorara en aquel instante. Entonces abrió los ojos y se encontró con el paquete de pañuelos delante de sus narices. Arisu lo sostenía apurada, esperando a que cesara el llanto. Al ver su cara, Akimoto no pudo evitar reír. Tomó un par de pañuelos de la caja, y secó sus lágrimas, algo más relajada.
     – ¿Estás mejor? – preguntó Arisu, tras unos segundos de silencio. Akimoto asintió con la cabeza y suspiró.
     – Es... Es mi novio – dijo finalmente Akimoto. – O era. No sé – rió de una manera triste y melancólica. Arisu prefirió no interrumpir, y sólo la miraba, expectante. – Éramos vecinos, e íbamos al mismo instituto. Hace un par de años que salimos o así... – Akimoto hizo una pausa. Las palabras costaban salir de su garganta, y su boca curvada anunciaba, de nuevo, llanto. Arisu le acarició con delicadeza las manos para darle apoyo, y Akimoto sonrió. – Está ya en el tercer curso, y el año que viene empezará la universidad. Y... se va a ir a estudiar fuera del país...
     Arisu por fin comprendió el motivo por el que su compañera de habitación llevaba tantos días triste. Sabía lo que era que una persona querida se alejara de tu vida. Pero el lazo que te une a tus padres es distinto del que te une a tu pareja, y ese sentimiento no era capaz de entenderlo.
     – ¿Y entonces? – preguntó Arisu, para dar pie a su compañera para que acabara de contar la historia.
     – ¡Que yo no quiero estar un año pensando que lo voy a perder! – exclamó molesta Akimoto – Pero... no puedo estar sin él – dijo sollozando.
     – ¿Y él que dice? – Arisu tomó otro pañuelo y se lo dio a Akimoto para que secara sus lágrimas.
     – Que aunque se vaya podemos seguir juntos... hablar cada día. Que viajará las veces que haga falta para verme... Pero es que eso no es una relación.
     Arisu torció la boca. No sabía qué decir. Un silencio se formó entre las dos chicas, silencio que Arisu aprovechó para meditar sobre el tema y poder dar un consejo a su compañera...


Tu compañera de habitación tiene un problema bastante importante, así que no te lo puedes tomar a la ligera. No quiere dejar a su novio, pero tampoco quiere que la abandonen. Y una relación a distancia parece que no la convence... ¿Qué consejo le podrías dar?

  • ¡Que lo deje! No va a estar cada día sufriendo porque el otro se quiera a ir a estudiar fuera.
  • Que le pida que, si tanto la quiere, que se quede a estudiar aquí que también hay buenas universidades.
  • Que le dé otra oportunidad. En un año pueden cambiar muchas cosas.
  • Que las relaciones a distancia no están mal. Que conoces a gente (aunque sea mentira) que ha estado mucho tiempo así. cuando te reencuentras es más bonito.
  • ¡Que te lo deje a ti y ya verás como lo convences! :D
Ale, hoy quizá es una pregunta un poco más... profunda. Esta tarde tendréis las encuestas :)



© Hikari

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