Juego de Imaginación

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On martes, 22 de mayo de 2012 at 19:58

Lo sé, dije que lo escribiría el domingo, pero digamos que la semana no ha mejorado mucho... Y entre trabajos, enfermedades y mucho mucho estrés, se me ha ido pasando el tiempo... Ni siquiera he podido liderar a mi ejército de Patapons hacia la victoria T^T Y ahora debería estar currando, pero me siento mal por no escribir nada en el blog, así que escribiré aunque sólo sea un poquito del juego, y programaré un par de entradas para que esto no esté tan muerto... que dentro de nada llegarán los exámenes y volveré a desaparecer.
En fin, a ver qué hacemos..

  • Arisu le ofrece la mitad de su cupcake al chico
     Manabe la miraba expectante. Arisu no sabía qué hacer, ya que sólo tenía dos cupcakes, uno para Chie y el otro para ella. Al parecer el chico pudo leer su cara de indecisión, y se disculpó por ponerla en un en aquella situación.
     – ¡Ah, no, no! – exclamó Arisu, sintiéndose mal, ya que aquel chico le había dado una buena impresión. – Si quieres te puedo dar la mitad del mío.
     – Tranquila – dijo él sonriente. – He sido demasiado precipitado pidiéndote eso sin conocerlos, y te he puesto en un compromiso.
     – ¡No, de verdad, no me importa! – en realidad sí que le importaba darle la mitad del suyo, pero sin saber por qué el que se quedara sin probarlo la hacía sentir mal.
     – No, no. No me he portado bien – se agarró el mentón con el índice y el pulgar – Mira, como disculpa, te invito a tomar algo. ¿Qué te parece?
     Arisu no sabía qué contestar, toda aquella situación era tan abrupta que era incapaz de procesar aquella invitación. De repente apareció Chie por la espalda de Manabe, golpeándolo en el dorsal sin contenerse ni un poco, o eso fue la sensación que le dio a Arisu.
     – ¿Primero casi le estampas la pelota en la cara y ahora intentas ligar con ella? – dijo Chie bastante molesta – Lárgate, Yoshi.
     – ¡Guau! ¡Akimoto la defensora! – exclamó Manabe burlón. Levantó sus manos, alegando inocencia. – Tan sólo estaba tratando de disculparme.
     Chie le hizo un gesto con el pulgar, apuntando hacia atrás, indicándole el camino que había de seguir para desaparecer de delante de ella.
     – Ya nos veremos – dijo dirigiéndose a Arisu, guiñándole un ojo mientras se despedía.
     Las dos chicas se sentaron una vez Manabe se había marchado. Arisu le dio el cupcake y las dos lo comieron con gusto. Estaba mejor de lo que esperaba, y se sintió feliz de su creación. Mientras comía, Chie le explicaba que Manabe, a quien todo el mundo llamaba Yoshi, era un chico de segundo, que al parecer estaba como obsesionado por encontrar novia, y había tenido ya muchas novias de las que se había cansado al poco tiempo.
     – No sé si le gusta coleccionar nombres en su agenda o algo... Y mira que a pesar de todo es un chico súper majo...
     Arisu, que por unos instantes se había sentido especial, se sintió de repente como si sólo fuera otra chica del montón. Sabía que todo era muy raro, pero le había hecho ilusión el sentir que alguien intentaba ligar con ella.
     Al día siguiente la mañana pasó tranquila. Después de la tercera hora una de sus compañeras se acercó a Arisu. Al parecer había un chico que la buscaba. Pensó en Manabe y dudó entre si salir o no, pero decidió enfrentarse a él y decirle que no quería salir con él. Cuando estaba en el pasillo se encontró al chico del aula de música.
     – ¡Iwakura, tengo que pedirte un favor! – exclamó el chico nada más verla.
     – No. – Arisu se cruzó de brazos y lo miró con el ceño fruncido. – No vengas pidiendo favores, cuando ni siquiera eres capaz de presentarte como es debido.
     – Kazuki Harada. – respondió sin más. – ¿Me puedes hacer un favor?
     – No. – repitió Arisu. No sabía qué pretendía al presentarse delante de ella pidiendo favores cuando lo único que hacía era meterse con ella.
     – ¡Tengo un recital, y necesito a alguien que me acompañe al piano! Mi compañero se ha puesto...
     – No me interesa.
     Arisu volvió a clase, ignorando las peticiones de Harada. Mayu le estaba preguntando quién era el chico con el que hablaba, cuando de repente entró la clase aquel chico siguiendo a Arisu.
     – ¡Iwakura, por favor, sé mi pareja! – exclamó de repente en mitad de clase, suplicándole su ayuda.
     La clase se quedó callada, y todos escucharon aquella frase, que sonó en el oído de sus compañeros como una declaración. Arisu se quedó tensa, y un calor empezó a teñir sus mejillas de rojo.

¡PREGUNTA!
Harada pide en mitad de clase tu ayuda, pero de una forma que hace que parezca que se te esté declarando, lo cual hace que te mueras de vergüenza. ¿Qué haces?

  • Le digo que me deje en paz y lo echo de delante de mí. ¡Qué vergüenza!
  • Le digo que sí, que le ayudo, y lo echo de clase.
  • Intento mantener la calma, y le digo que no me interesa.
  • Intento mantener la calma y acepto su propuesta.


© Hikari

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