Juego de Imaginación

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On sábado, 8 de octubre de 2011 at 13:41

Y por fin el día ha llegado :D
Uaaaaaaaahhh bieeeeeeeeeeennn ¡La gente enloquece de alegría! Síiiiii wuuuuuuuuuuu

Enough.... xD En fin, ayer terminaron las encuestas.... Todos habéis colaborado mucho, y estoy muy agradecida ^^ Algunos en el físico, algunos en hechos de su vida y rasgos de su personalidad.. así que he cogido las cosas que más me han gustado y las he añadido a la historia y al personaje. Así que os quiero presentar... a vuestro SIM! (quería pintarlo pero por motivos de agobios varios no he podido... pero lo empecé a pintar, os lo aseguro :D Ya lo veréis algún día... juas xD)

 gracias Shuka :D

Su nombre es Arisu! Es una chica muy alegre, pero le cuesta abrirse a los demás. Su pasión es la música: canta y toca el piano, y su padre le enseñaba a tocar la guitarra, aunque es algo que no domina mucho. Es algo torpe, y cuando está nerviosa tropieza con frecuencia. Le gustan las historias de miedo, pero tiene una fobia que no ha confesado a nadie (y que vosotros descubriréis durante la historia si la situación que escogéis es favorable para ello :D).

Y ahora, sin más dilación, os dejo con la historia :D Hacía tiempo que no escribía directamente las historias en el blog jeje

      Arisu abrazaba a su padre, conteniendo las lágrimas. No quería dejarlo ir, porque sentía que entonces no lo vería más.
      – ¿De verdad te tienes que marchar? – preguntó ella, triste.
      – Lo siento, cariño – él le acariciaba la cabeza con ternura. – Son cosas del trabajo. Además, contra más lejos de tu madre mejor.
      Arisu se separó de él, suspirando de manera melancólica. La familia se había roto, y ella no había podido hacer nada. Su padre la miraba apenado; él tampoco quería dejarla marchar. Acarició su mejilla y le repitió una última vez lo mucho que la quería.
      – Quiero que tengas esto – dijo, mientras le entregaba su guitarra, que llevaba colgada al hombro. Siempre había sido muy especial para él. Se la compró cuando Arisu tenía 7 años, y estaba grabada con las iniciales de los dos.
      Arisu la tomó con mucho cuidado. Sus manos temblaban mucho.
      – Yo también quería darte esto – sacó de su bolso el cuento de Alicia en el País de las Maravillas que tantas veces le había leído de pequeña. Al llamarse igual que la protagonista, ese libro se había convertido en su favorito, y siempre hacía que su padre se lo leyera.
      Él lo tomó con cuidado y sonrió. La abrazó otra vez y por fin se despidieron. Arisu lo vio marchar. Apretaba fuerte la funda de la guitarra, conteniendo sus lágrimas el máximo tiempo que fuera posible, para cuando la mirara una última vez pudiera sonreirle.
      Su madre la esperaba a unos metros de allá. Cuando Arisu se acercó finalmente, la tomó del hombro y la abrazó de camino al coche.
      De vuelta a casa, ambas estaban calladas. Arisu miraba por la ventana los aviones que despegaban y volaban por el cielo, imaginándose a su padre leyendo el cuento que le había entregado, sonriente.
      – Arisu – dijo su madre, sin quitar la vista de la carretera –, cuando lleguemos a casa tendrás que recoger tu ropa. ¿Lo recuerdas?
      – Sí – dijo suspirando.
      Como ninguno de los dos tenía dinero para comprarle la mitad de la casa al otro, habían decidido venderla. Su madre se iría a vivir con su hermana, y Arisu iría a un internado, para no abusar de la amabilidad de su tía. Habían buscado el internado entre los dos padres, y como fue la última cosa que hicieron juntos, pensó que aquel instituto debería ser un buen lugar.
      Las horas corrían. Aquella noche fue larga, pensando en todo lo que dejaba atrás y en todo lo que había perdido. El sol la hizo despertar. En aquella habitación vacía sólo había su cama, una cómoda, y su maleta. El resto de cosas estaban repartidas entre el dormitorio donde pasaría su vida escolar y el trastero de casa de su tía.
      – ¿Estarás bien? – dijo su madre, reacia a dejar a su hija libre. No solía mostrar sus sentimientos delante de la gente, pero había sido un mes tan duro, que no pudo evitar llorar ante la sensación de perder a su pequeña.
      – Sí, mamá – Arisu se forzaba a sonreír, para que viera su madre que no había ningún problema.
      Tras despedirse, subió al coche y Arisu entró al dormitorio. Todas las chicas de aquel sitio la miraban. "Debe ser la nueva" murmuraban. Al haber empezado el curso hacía ya tres semanas, todo el mundo sabía que ella no pertenecía a aquel lugar y que era la recién llegada. Avanzaba hacia el dormitorio que le había sido asignado mirando al suelo. No le gustaba sentirse observada. Sus manos temblaban y su maleta se tambaleaba de un lado a otro, perdiendo la estabilidad.
      Por fin llegó a su habitación, pero al parecer, su compañera de cuarto no estaba. Su mitad de la habitación estaba llena de cajas, así que aprovechando que no molestaría a nadie, decidió colocar sus cosas.
      Al cabo de un rato, abrieron la puerta de la habitación, e inmediatamente la cerraron de un portazo. Con furia, caminaba una chica alta de pelo corto, que apretaba fuerte sus dientes y murmuraba maldiciones contra alguien. Entonces la chica la vio. Arisu estaba agachada sacando cosas de las cajas, y la miraba sorprendida. De repente, toda la tensión del cuerpo de aquella chica desapareció. Parecía avergonzada.
      – Hola – dijo ella. – Perdón por el portazo... Soy Chie Akimoto.
      – Ehm... hola – dijo Arisu, mientras se ponía en pie. – Mi nombre es Arisu Iwakura. Soy tu compañera de habitación. Encantada.
      Akimoto vio que estaba ocupada, así que la dejó hacer sus cosas. Cogió su libreta de apuntes y se puso a hacer unos ejercicios que les habían mandado hacer para el día siguiente.
      Cuando por fin terminó de colocar sus cosas, Arisu se estiró en la cama, a jugar con el móvil, porque tampoco tenía otra cosa que hacer. Akimoto parecía ocupada haciendo sus deberes, pero por algún motivo también parecía preocupada...


¡BIEN! ¡PREGUNTAS! Antes de escribir nada, la pregunta os la pondré en segunda persona, o sea, como si vosotros fuerais Arisu :D En fin, ahí va la situación:

Estás en la cama jugando con el móvil mientras tu compañera de habitación hace deberes. En silencio es aburrido hacer las cosas, así que piensas que quizá deberías ponerte los auriculares para escuchar la música del juego, que es tipo Guitar Hero pero bastante más cutre, y así no molestar a Akimoto. ¿Te pones los auriculares?
  • No
Difíciles las respuestas eh.... xDDD
Igual parece una pregunta tonta, pero.... vuestra respuesta a esta simple preguntas hará llevar la historia hacia un lado o hacia otro :D Ale, a votar! jajaja



© Hikari

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