Que sepáis, que a partir de ahora, cualquier retraso en la publicación de cualquier cosa... las reclamaciones a mi ejército de Patapons xDDD

• Arisu comparte los cupcakes con Chie. ¿Por qué? Porque quedaron a empate y yo decido. ¿Por qué? Porque así conoceréis a alguien nuevo :D

     Arisu salió del club con los cupcakes en una pequeña caja, pensando con quién los podría compartir. Pensó en Chie, ya que últimamente había escuchado todos sus problemas y la había apoyado en muchas cosas. Con ese pastelito, le devolvería parte de lo que ella le había dado.
     Aquel día sabía que Chie tenía club de baloncesto, así que decidió ir a buscarla y esperar a que saliera para comerlo juntas, en vez de ir al dormitorio y esperarla allí. Se dirigió al gimnasio por la puerta exterior, que solía estar abierta cuando el club entrenaba. Allí había algunas chicas viendo entrenar al equipo masculino. Se abrió paso entre ellas y metió la cabeza, rozando el lateral de la puerta, para buscar a Chie, ya que el equipo femenino entrenaba en la canasta más alejada de la puerta.
     – ¡Cuidado! – oyó que alguien gritaba de repente.
     Tan sólo le dio tiempo a desviar la mirada en la dirección a aquel grito. Por suerte, la pelota que se dirigía hacia ella con tanta velocidad rebotó en la pared y no en su cabeza. Aún así se quedó rígida por el susto, y cerró fuerte los ojos cuando la pelota golpeaba la pared. El corazón le latía muy rápido, y era incapaz de gesticular ni insultos ni maldiciones frente aquella persona que había lanzado aquella pelota con tanta violencia.
     – ¿Estás bien? – preguntó el chico que al parecer había lanzado la pelota. Estaba frente a ella. Arisu levantó la mirada y se topó con un chico alto y esbelto, bastante guapo, con el pelo castaño no muy largo. De nuevo su voz parecía que no quería salir. – ¡Ah! Tú eres la compañera de Akimoto, ¿no? – hizo una mueca de dolor. Quizá Chie tenía fama de tener malos humos, o tal vez le sabía mal. – ¿Estás bien, verdad?
     – ¡Eh, Yoshi, deja de ligar y ven aquí! – exclamó el capitán del equipo.
     Arisu no pudo evitar sonrojarse, y simplemente asintió con la cabeza, indicándole que estaba bien. Aquel chico regresó a su entrenamiento, no sin disculparse sin parar mientras se marchaba. Chie la miraba, y Arisu levantó el pulgar indicándole que estaba bien. Chie resopló, aliviada, y continuó lo que quedaba de entrenamiento.
     Decidió esperarla lejos de aquella puerta, al fin y al cabo ya sabía que estaba allí, y no quería ser atacada por más pelotas. Además, sentía vergüenza por el comentario que habían hecho los compañeros de aquel chico.
     – Lo han llamado Yoshi... – murmuró Arisu sin darse cuenta. Aunque cuando oyó su propia voz en seguida mordió su labio inferior y miró hacia los lados esperando que nadie la hubiera oído.
     Después de un rato esperando sentada, una sombra le tapó la luz del sol. Esperaba encontrar a Chie, y giró la cabeza sonriente hacia aquella persona plantada a su lado, pero para su sorpresa, se encontró a ese tal Yoshi con el que había hablado antes, que al ver su rostro de alegría le correspondió también con una sonrisa.
     – Ah... p-pensaba que eras Chie – dijo avergonzada, mientras se levantaba.
     – Oh, ¿entonces esa sonrisa no iba para mí? – dijo el chico, con una expresión triste, que rápidamente derivó a una expresión burlona. Arisu sonrió por cortesía. – Siento si te he asustado antes. La pelota resbalaba más de lo que parecía...
     Ella no pensaba que una pelota de baloncesto pudiera resbalar a tal velocidad, como lo había hecho aquella pelota. Era todo tan repentino que cogió a Arisu por sorpresa y no sabía cómo reaccionar. Ella estaba callada, sin saber qué decir.
     – Me llamo Yoshitaka Manabe – agachó la cabeza para verle la cara, ya que Arisu estaba tan cohibida que era incapaz de mirarlo a la cara. – ¿Tú eres...?
     – A... Arisu Iwakura. – El chico volvió a sonreír aún más brillante qué antes. De algún modo se sentía atrapada, como si no pudiera huir de él.
     – Qué bonito. – Arisu no entendía nada. ¿Estaba tratando de ligar con ella, o tal vez era así con todo el mundo? De repente Manabe le señaló la caja donde guardaba los cupcakes – ¿Qué llevas ahí?
     – Son cupcakes caseros, – le explicó mientras abría la caja y se los enseñaba – para compartir con Chie.
     – ¿Los has hecho tú? – Arisu asintió un poco avergonzada, pero orgullosa de su trabajo. – ¿Puedo probarlo?

¡PREGUNTA!
Bueno, bueno... acabas de conocer a un chico... ¿por accidente? O quizá era él quien forzó las cosas. Ya no sabes qué pensar, pero el caso es que tiene tanta vitalidad que te arrastra hacia él. Y ahora encima quiere probar los cupcakes que has hecho... Sin embargo sólo tienes dos, uno para Chie y el otro para ti. ¿Lo compartirás?

• Le doy el mío... parece tan entusiasmado con probarlo *-*
• Partimos el mío por la mitad, y lo compartimos. Que yo también quiero probarlo.
• ¡No! Qué morro le echa.
• Ahora no, porque son para Chie y para mí, pero para lo próximo que haga le prometo que le guardaré un trozo.

Realmente sufría... porque pensé "Verás como no salga Chie..." Pero como quedó en empate, pues os guío yo jajaja
Por cierto... lo que pasará al día siguiente será muy divertido!!!! Qué ganas jajaja



© Hikari