Juego de Imaginación

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On sábado, 4 de agosto de 2012 at 17:45

¡Cuánto tiempo! Me había ido unos días a la playa a disfrutar de las vacaciones =w= Sé que me habéis echado de menos :D

A ti no! A Arisu!


Cuanta crueldad T^T En fin... lo sé lo sé... Pero no os penséis que no he hecho más que ponerme crema de protección infantil estos días! También he hecho fotos... y he estado escribiendo! The Lost Light y el juego de imaginación! :D (pa tener a Shuka fel·lís i contenta jaja) si estáis pensando en si feliz se escribe así en catalán... NO xD Pero me gusta escribir como suena y exagerando el acento (de ahí la L geminada).


¡En fin! Que me pierdo xD Os pongo la continuación! (igual será larguito)


     Arisu parpadeó sin saber qué contestar a esa propuesta. Yoshitaka la miraba expectante esperando su respuesta.
     – Bueno, en otra ocasión… – dijo Arisu para salir del paso, ya que decirle que no le parecía demasiado descortés.
     – ¡Estupendo! – Manabe tomó de la mano a Arisu y empezó a caminar arrastrándola a ella detrás. – Te voy a llevar a una cafetería que te encantará.
     – Es… espera… – Arisu no sabía qué hacer. Había intentado darle largas de manera amable, pero el chico se la había llevado contra su voluntad. Aun así, a pesar de que ella le había dicho de quedar en otro momento, tampoco opuso resistencia ante la tentativa de Manabe de llevársela a tomar algo.
     Yoshitaka volvió la vista atrás y se despidió de los chicos que esperaban a que terminara de hablar con la chica que la había esperado en la puerta. Arisu le seguía el paso, mirando la fuerte mano de Manabe sujetando la suya. Él seguía hablando como si nada, recitando cada uno de los deliciosos pasteles que servían en aquella cafetería a la que le llevaba.
     Durante todo el camino Arisu fue incapaz de articular palabra, y aun sentados ya en la mesa de la cafetería, Manabe era el único que mantenía aquella conversación a flote.
     – ¿Te molesta que te haya arrastrado? – aquella pregunta logró captar la atención de Arisu, haciéndola sentir mal por no haber pronunciado palabra. – Es que no has abierto la boca desde que hemos salido del instituto.
     – Es que… todo ha sido tan repentino… – Arisu tenía sus puños apretados sobre las rodillas, con la cabeza baja, evitando mirarlo directamente. – Me da un poco de vergüenza.
     Yoshitaka se quedó callado, mirando el rostro enrojecido de su acompañante. En ese momento, la camarera trajo el pedido. Yoshi se había pedido un café y una porción de pastel de chocolate, y Arisu una cookie y un batido de fresa.
     – Perdona, – dijo soltando una pequeña carcajada cuando la camarera se marchó – a veces soy un poco impulsivo, ¿sabes? Todos mis amigos me lo dicen. – Arisu sonrió, intentando ser amable, y entonces Manabe se quedó callado de nuevo.
     Durante unos minutos hubo un silencio incómodo entre los dos. En ese tiempo aprovechaban para comer lo que habían pedido. Arisu, en un intento de romper el hielo, quiso decirle que realmente estaba bueno lo que hacían allí, pero cuando levantó la vista para mirarlo lo vio con la mirada distraída. Parecía aburrido, y eso la hizo sentir incómoda. Eso le hizo recordar las palabras de Chie.
     – ¿Por qué sales con tantas chicas? – sabía que no era una pregunta adecuada para hacer, pero recordando como la había arrastrado y lo que Chie dijo de él, sentía la necesidad de preguntar. Manabe la miró con el ceño fruncido.
     – Pensaba que las chicas tímidas no hacían esa clase de preguntas – dijo entre una pequeña risa. Arisu desvió la mirada avergonzada – ¿Por qué lo quieres saber?
     – Chie me lo dijo y… sentía curiosidad – Manabe no parecía dispuesto a contestar, y además parecía haberse tomado aquella pregunta como una ofensa. Arisu, intentando no quedar como una cotilla, decidió confesar por qué sentía curiosidad por algo así. – Es que… no sé. No entiendo de salir ni de parejas… Cuando se divorciaron mis padres se me desmontaron todos los esquemas que me había ido montando sobre el amor y todo eso, ¿sabes?
     Yoshitaka estaba callado, sin apartar la mirada de Arisu, que seguía sin ser capaz de mirarlo fijamente. De pronto, éste empezó a reír a carcajadas.
     – Eres una chica muy rara – dijo entre risas –. Pareces la chica más tímida del mundo, luego me haces esa pregunta que no sé a qué venía y ahora me cuentas esto…
     – ¡Bueno, perdona! – Arisu se ofuscó ante tanta risa, pero lo único que consiguió fue que Manabe riera aún más.
     Arisu apoyó su cabeza en su mano derecha, y esperó a que la persona que tenía delante parara de reírse de ella.
     – Me recuerdas a cierta persona – dijo aún riendo ligeramente –. Todos los niños abandonados seremos iguales…
     – A mí no me han abandonado – se mostraba seria. No le hacía gracia que hablaran de su vida con tanta libertad.
     – Te metieron aquí, ¿no? – Arisu frunció el ceño – Akimoto se lo dijo a las chicas aquel domingo que viniste a traerle el móvil, que como no te habían visto nunca preguntaban quien eras.
     Arisu se quedó pensativa recordando aquel día. Chie había salido con sus compañeros del club de básquet, así que era lógico que Manabe también estuviera allí. Tal vez por eso sabía cuando se encontraron por primera vez que era su compañera de habitación.
     – Escoger este instituto fue la última cosa que hicieron juntos. Yo no siento que me hayan abandonado, prefiero verlo como una oportunidad que me ofrecieron para crecer... – Arisu no sabía lo que estaba diciendo, pero por nada del mundo quería darle la razón en aquello.
     Manabe se quedó callado de nuevo, con los brazos cruzados, mirándola fijamente.
     – Qué mona eres. – Arisu se puso tensa al escuchar estas palabras y notó calor en sus mejillas. Manabe sonrió y se echó hacia delante, apoyando sus brazos en la mesa. – ¿Quieres salir conmigo?
     Arisu se quedó bloqueada, era incapaz de moverse, incapaz de articular palabra, y ya no solo sus mejillas, sino todo su rostro estaba enrojecido por la vergüenza. En aquel instante fue casi el único momento de la cita en que Arisu miró directamente a los ojos de Manabe.
     – No hace falta que contestes ahora, pero piénsatelo – dijo Yoshitaka al ver que Arisu no reaccionaba.
     Al poco rato, Arisu dijo que se marchaba, que tenía cosas que hacer, y Manabe insistió en acompañarla, y así la llevó hasta la misma puerta del dormitorio
     – La pregunta que me has hecho antes... – comentó Yoshitaka cuando se estaban despidiendo – te la contestaré en nuestra próxima cita. – Arisu no dijo nada, sólo desvió la mirada avergonzada. Antes de que retomara su marcha Yoshi la volvió a frenar. – ¿Me das tu número?

TADÁH! PREGUNTA! xD
Yoshi... ¡Qué chico tan raro! Primero te mira mal, luego se ríe de ti y luego te pide salir. No sabes por dónde te va a salir este chico. Pero aún así ha conseguido llamar tu atención. Para rematar la tarde te pide tu número de teléfono. ¿Se lo darás?
  • ¡Claro! Es tan raro que resulta hasta divertido.
  •  No sé... Me da un poco de vergüenza...
  • ¡Por supuesto que no! ¡Si ni siquiera lo conozco!

Uuujujuju Bueno, yo os recuerdo que lo que votéis es ya para siempre... y que TODO altera el curso de la historia. Lo digo porque el señorito Ichitaka siempre se está quejando de que en las preguntas todo el mundo va a contestar lo mismo (porque a todos nos gusta la fiesta xD), pero bueno, yo os lo digo, que todo afecta, así que... hmmjuju



© Hikari

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