¿Por qué 1? Porque voy a escribir mientras mi "maridito" me hace la cena xDD Si no veis mañana un "Juego de Imaginación (2)" sabed que la habré palmado jajajajajaja Pobrete xDD

En fin, respuesta!

• Entre lo votado y lo escrito he llegado a entender que para disculparse con Uboshita, Arisu le hará un algo caserillo jaja Y que al día siguiente mismo, sin esperar al viernes, que sería el siguiente día del club (el día en el que está ahora la historia es miércoles). 

     Uboshita se había marchado. Entonces Arisu empezó a sentirse mal porque aquella tarde Uboshita había estado bastante pendiente de ella y no había hecho más que ignorarla o contestarle mal.
     – Se ha ido... – murmuró Arisu apenada, mientras Mayu se secaba las lágrimas. – Se debe de pensar que estoy loca o algo.
     Mayu miró en la dirección en lo que lo hacía Arisu, y vio la escoba apoyada en la pared. A penas se había fijado en la chica que había estado allí, pero parecía que a Arisu le importaba su ausencia, por lo que se volvió a disculpar por el numerito.
     – Jopé... Tengo que pedirle perdón – Arisu se agarró la falda, apretando sus puños pensando en qué podría hacer.
     – Podrías ir a su clase y llorar como he hecho yo – Arisu la miró, arqueando una ceja –. Siempre que no te tire su comida encima...
     Arisu empezó a reír y le golpeó la cabeza por decir tonterías. Mayu, al ver que su amiga reaccionaba de una forma tan natural en ella, se sintió feliz. Tal vez aún no la había perdonado, pero se sentía más cómoda, eso lo veía seguro.
     Regresaron las dos juntas en el autobús hacia el dormitorio, pero el camino fue bastante silencioso. Arisu no apartaba la mirada de la ventana, observando las calles, sin decir nada. El autobús hacía tres paradas, el instituto, el centro de la ciudad y el dormitorio. Mayu tomó a Arisu de la mano y la arrastró fuera del bus cuando llegaron a la ciudad.
     – Seguro que a tu amiga le hubiera gustado probar esas galletas que has hecho – dijo Mayu sonriente, llevando sus manos a la espalda. – ¿Por qué no compras los ingredientes y las haces en la cocina del dormitorio? No creo que te pongan problemas.
     Arisu sonrió y asintió con la cabeza. Aquello parecía ser una buena idea y una buena forma para disculparse con Uboshita. Fueron a un supermercado a comprar harina, mantequilla, azúcar y chocolate.
     – ¿No te hace falta nada más? – preguntó Mayu mirando el cesto de la compra.
     Arisu abrió la mochila, sacó la libreta y miró a ver cuáles eran los ingredientes exactos de la receta. Aún tuvieron que ir a buscar un par de cosas más. Mientras estaban en el pasillo de lácteos, Mayu se fijó en uno de los reponedores de súper.
     – ¡Qué chico tan guapo! – le comentó a Arisu en voz baja. – ¿No te parece?
     A Arisu le daba vergüenza mirar directamente, pero tal había sido la admiración de su amiga que sentía curiosidad y miraba de reojo.
     – Qué pena que no haya chicos así en el insti... – comentó Mayu risueña.
     – Bueno, también hay chicos guapos – afirmó Arisu muy convencida de sus palabras.
     – ¿Ah, sí? – la mirada de Mayu reflejaba sus ansias en saber quienes eran los chicos que Arisu consideraba guapos. – ¿Cómo quien?