Juego de Imaginación

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On sábado, 19 de noviembre de 2011 at 11:50

Realmente, hoy no estoy inspirada... creo que no me quedan neuronas en el cerebro.... pero lo exprimiré un poco a ver que sale.

REPUESTA
  • Arisu comparte sus muffins con Mayu, que estaba tristona. Me alegro de que haya salido ella, porque así me permitía avanzar en la historia. Os habéis ahorrado varias preguntas de "¿Se va a hablar con Mayu?" xD Al final igual me hubiera tocado cambiar la trama jajaja Lo que ahora tengo que pensar qué le pasaba a Mayu xD NOTA MENTAL: piensa las posibilidades antes de hacer la pregunta....
En fin, a ver qué sale hoy.... ¡Al lío!


     Arisu salió del club de cocina con una caja de cartón que contenía 6 de los muffins que había hecho. Al parecer, el resto se los quedaba Ebisawa, que los vendía nadie sabía a quién, para sacar dinero para los materiales e ingredientes para el club. Por unos instantes, Arisu se imaginó a su profesora, sola en casa, borracha, comiéndose ella todos los muffins. Una pequeña risa se le escapó, mientras iba caminando por el pasillo, aunque luego se sintió un poco cruel por aquel pensamiento.
     Se paró unos segundos, mirando la caja que sostenía con sus manos. "¿Mayu... estará bien?" susurró para sí misma, algo preocupada. Decidió ir a buscarla, y así, compartir con ella los muffins que había hecho, pensando que así se animaría.
     Sabía que tenía que estar por el instituto, porque siempre regresaba tarde a los dormitorios, así que recorrió todo el centro sin obtener ningún éxito. Pensó que tal vez había salido y estaba de compras por la ciudad, o tomando algo. Antes de desistir en su búsqueda, decidió subir a la azotea, por si la encontraba allí. Subió las escaleras corriendo, para no perder tiempo, pero al abrir la puerta comprobó que no había nadie allí.
     – ¡Ah! ¡Qué mal! – gruñó Arisu, mientras se agachaba para descansar de la carrera que se había dado hasta ahí arriba. – Aquí tampoco está....
     Agotada, decidió regresar al dormitorio. Pero, cuando se acercó a la puerta de la azotea, alguien la abrió desde el otro lado, golpeando la mano y el pie de Arisu, que ya estaba colocada para tirar de la puerta.
     – ¡Ah! ¡Qué daño! – se quejaba ella, mientras daba pequeños saltitos hacia atrás y agitaba su mano dolorida.
     – ¿Arisu? – escuchó que la llamaban. Al girarse, vio la cara sorprendida de Mayu, que asomaba desde detrás de la puerta. – Me han dicho que me buscabas, así que te he estado buscando. – Mayu la miró. Se fijó en su pierna encogida y en como agarraba su mano. No pudo evitar soltar una pequeña carcajada. – ¿Estás bien?
     – ¡No te rías! ¡Que duele! – Arisu intentaba mantener la seriedad, pero al final terminó riendo, por lo ridículo del momento. – Tonta...
     Después de que las dos chicas se calmaran un poco, Arisu le dio a Mayu la caja con los muffins que había hecho. Le explicó que, como la había visto algo decaída por la mañana, pensó que comerlos juntas la animaría un poco. La expresión de Mayu cambió, y su mirada se volvió, de alguna manera, triste.
     – ¿Por qué? – preguntó Mayu, sin apartar la mirada de la caja abierta, mostrando los muffins de chocolate de su interior. – Ya te he dicho que estaba bien.
     – Oh, pues porque soy muy cabezota – dijo Arisu sonriendo, agachando la cabeza para poder ver el rostro de Mayu. – Venga, come. Tú serás mi jurado.
     Mayu la miró y cogió uno de los muffins. Pellizcó un pedazo y lo introdujo en su boca. Masticaba lentamente, saboreándolo.
     – Está bueno – dijo finalmente. – Quizá algo dulce.
     – ¡Hombre, tiene que estar dulce! – exclamó Arisu riendo. Ella tomó también uno los muffins y lo mordió sin más. Tras saborearlo, llegó a la misma conclusión que su compañera. – Igual sí que han quedado demasiado dulces...
     Mayu rió, pero era una risa diferente de todas las que le había visto hasta el momento. Era inocente y sincera, y llenaba de afecto a Arisu. La miraba fijamente, sonriente, esperando a que su amiga se decidiera a explicarle qué le pasaba en realidad. Mayu se dio cuenta y bajó la mirada. Parecía avergonzada.
     – El... el chico que me gusta... me ha rechazado – dijo finalmente.
     Arisu la miró, con la boca abierta. Por unos segundos pensó que cupido últimamente estaba egoísta y no paraba de jugar malas pasadas a la gente.
     – ¿Quién es? ¿Lo conozco? – preguntó Arisu curiosa.
     – Puede ser... Seguramente sí. – Mayu desvió la mirada hacia un lado. Parecía reacia a pronunciar su nombre, pero, a su vez, era como si se muriera de ganas de gritar su nombre. – Aki... Hayame.
     Arisu se quedó unos segundos pensando de qué le sonaba ese nombre. Entonces, una imagen fugaz atravesó su mente. Una de las veces que había comido con Mayu y sus amigas habían hablado de él. Ellas se reían de su aspecto desaliñado, de sus expresiones serias, y de sus gafas redondas. Harry Potter lo llamaron.
     – ¿¡EEEEHH!? – exclamó, con un gran grito de sorpresa, Arisu. – Pensaba que no te caía bien... Como... os reíais y eso...
     – ¡Ellas se reían! – dijo ofendida. – Yo sólo sonreía para que no se dieran cuenta. Pero... – su rostro se volvió melancólico – Me gusta. De verdad me gusta. Desde que hizo la presentación para captar nuevas personas para el club de tiro con arco... ¡Me gusta!
     Parecía que Mayu, con sus piernas encogidas y con su cabeza medio escondida tras ellas, estaba a punto de llorar. En ese momento Arisu no recordaba que era de su mismo club. Pensó, que viéndolo cada día, había conseguido capturar cada vez más el corazón de Mayu.
     – Y cuando te rechazó, ¿qué te dijo?
     – B-bueno... es que... tampoco es que me haya rechazado directamente. Más que nada porque no se lo he dicho. – Arisu la miró extrañada. Hacía unos minutos le había dicho que la había rechazado, así que no acababa de entender bien la situación. – Pero dijo que yo era una chica muy ruidosa y que pobre del chico que me tuviera que aguantar...

¡PREGUNTA!
Parece que otra de tus amigas necesita consejo, o por lo menos apoyo. No entiendes mucho de estas cosas porque nunca has tenido novio ni te has enamorado, así que no sabes qué decir. Pero Mayu necesita algún tipo de respuesta. ¿Qué le dices?
  • ¡¡Menudo imbécil!!
  • ¡Si de verdad te gusta, sigue esforzándote!
  • Siempre podrías intentar cambiar un poco...
  • Que te haya dicho algo así, quizá tampoco signifique algo malo.
¡Y más problemas amorosos! jajaja Sé que os gustan, no lo neguéis xDD



© Hikari

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