Vosotros no lo sabéis... pero son las 00.22 de la noche =.= Estoy programando la entrada para que la tengáis mañana :D Bueno... hoy... pero bastante más tarde xDD
Hoy también ha salido larguillo... pero es que no quiero cortar conversaciones a medias!
© Hikari
Hoy también ha salido larguillo... pero es que no quiero cortar conversaciones a medias!
Cuando volvían del baño, cerca de su clase, las dos chicas hablaban, comentando una serie que ambas veían por internet. Sumergidas en su conversación, era como si nada más a su alrededor existiera, hasta que Hana fue golpeada en el hombro por una chica que caminaba rápido y firme. Ambas se giraron, al ver que ni se molestaba en disculparse. Para su sorpresa, fueron apuñaladas por la furiosa mirada de aquella chica, que las miraba de reojo con desprecio.
– ¿Esa chica no es…? – Hana estaba bastante sorprendida.
– ¡Eh, Ayaka! – exclamó de repente Natsumi. Sabía su nombre, por supuesto. Conocía casi a medio instituto – ¡Discúlpate por lo menos!
Hana la hizo callar. Por algún motivo, aquella chica le imponía bastante. Quizá por todo lo que había pasado con Kato. De todos modos, no quería hacerla enfadar, por lo menos no más de lo que ya parecía estarlo. Ayaka sólo levantó su labio superior con rencor, y giró la cabeza bruscamente, pero a la vez de una manera elegante, y siguió su camino.
Las dos amigas se miraron extrañadas. No entendían qué había pasado. Dieron unos pasos más y se encontraron a Kato bajando por las escaleras, con las manos en sus bolsillos y el ceño fruncido. De nuevo las dos chicas se quedaron paradas. Él notó su mirada fija y las miró de reojo, aunque solamente se fijó en Hana, que lo miraba inexpresiva. Suspiró, y sus ojos brillantes de rabia se tornaron algo más tristes. Volviendo la mirada al frente, regresó a clase.
– Aquí ha pasado algo… – dijo Natsumi, golpeando con el codo el brazo de Hana.
Hana se quedó seria, sin saber qué decir o qué pensar. Pero, de algún modo, la rabia que sentía hacia él se había convertido en lástima, y empezó a sentirse mal por él.
Sonó el timbre y entraron en clase. Al entrar, Hana no pudo evitar mirar a Kato, que estaba sentado en su asiento, con su mano derecha sosteniéndole la cabeza. Al notar su mirada, levantó la vista hacia ella. De nuevo la regresó hacia su pupitre, y sonrió de una manera melancólica. Los ojos de Hana se entristecieron sin que ella pudiera hacer nada, y sin que se diera apenas cuenta. Quien sí lo pudo ver fue Ryosuke, que la miraba desde su asiento, serio y cabizbajo.
La campana sonó indicando el fin del día escolar. Kato y Yoichi se despidieron y se fueron al gimnasio a entrenar. Natsumi y Ryosuke acompañaron a Hana hasta la planta de abajo, pero se quedaron en el aula de fotografía. Así que Hana se marchó sola a casa.
En el vestuario, mientras los chicos de baloncesto se estaban cambiando, Yoichi aprovechó para disculparse con Kato por los comentarios que había hecho.
– No es culpa tuya – dijo Kato con una medio sonrisa. – Es más, creo que deberías perdonarme tú a mí, por comportarme como un capullo.
Yoichi sonrió y suspiró. Se sentía aliviado al saber que su amigo no estaba enfadado. Pero a él había algo que le molestaba. Todos parecían saber algo que él no sabía y que nadie parecía tener intención de contarle. Así que, decidido, preguntó a Kato directamente qué pasaba. Él le explicó el lío que había tenido con Ayaka, omitiendo toda la pelea con Hana.
– Pero ahora ya todo ha terminado – dijo Kato, con una voz firme. Parecía que era ahora cuando se daba cuenta de que Ayaka había jugado con él, y por eso no le daba pena reconocer que se había acabado.
– ¿Por mi culpa? – preguntó Yoichi preocupado. Sabía que lo que había hecho su amigo no estaba bien, pero si le gustaba, el que hubieran roto por su culpa le hacía sentir mal.
– Bueno, por tu culpa, o gracias a ti – Kato rió. – Ahora veo que eso tenía que acabar de una manera u otra.
– Vaya… no sé qué decirte. No tenía ni idea – no sabía exactamente cómo sentirse, si aliviado o frustrado.
– Ya, bueno. Nadie se lo esperaba – de nuevo Kato volvió a reír.
– Hana lo sabía, ¿no?
– ¿Por qué? – el rostro de Kato cambió por completo. Su expresión se volvió seria y desconfiada. – ¿Ha dicho algo?
– No. Más que nada por su reacción – Yoichi se encogió de hombros. Le había parecido que Hana había estado demasiado tranquila cuando Kato se había enfadado antes ese día. Además, Natsumi siempre la secuestra para ir al baño cuando quiere sacarle información de algún tipo.
– Je… – sonrió Kato con tristeza. Se sentía mal por haber desconfiado de Hana, otra vez. – Hana. Tengo que disculparme con ella. – Yoichi lo miró fijamente, y abrió bien los ojos esperando el que le explicara el por qué. Kato se dio cuenta. – Digamos que estos días no me he portado precisamente bien con ella…
© Hikari
Interesante interesante! Espero ansioso la continuación! :3
Buen finde! ^///^
Precisamente bien dice, ¡tsk!
A mí eso de Hana se vaya sola a casa, me da mal rollo, haber si la va a pillar Kato por el camino y se lía... xD
No sé porqué, pero Ayaka me recuerda mucho a Ami de Toradora xDD