Anécdota de la semana

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On domingo, 31 de julio de 2011 at 12:14

Bueno, hoy la anécdota de la semana será algo más larga. Os contaré lo que nos pasó el domingo que fuimos al parque de atracciones Tibidabo para celebrar el cumpleaños de un amigo. Como buenas amigas que somos, le hicimos pasar vergüenza haciéndole llevar una banda que ponía "Felicítame" y unas gafas de sol rosas con topos negros. Pues bien, esto fue lo que pasó antes de partir...

Estábamos en Plaza Catalunya, esperando a que llegara una amiga, para coger el bus que te lleva al Tibidabo (también conocido como Tibibús xD nombre tan jodidamente mono que me da grima pronunciarlo xDDD). Pues estando esperando, se nos acerca una mujer con un cámara detrás, diciendo que si nos podía hacer unas preguntas. Mis amigos (todos menos yo) dicen "Sí, sí", a lo que pregunta la reportera "Bien, ¿quién va a hablar?". Mis tres amigos, en un alarde de cabronería absoluta, se giran hacia mí, señalándome y diciendo "ELLA". Quizá os imaginéis mi cara como un cuadro en ese momento... del plan "malditos, dónde me habéis metido...", un cuadro que se volvió abstracto al levantar el micro la periodista y ver el logo de intereconomía xDD
En fin, pregunta "¿Te parece bien que la policia esté en el metro vigilando por los carteristas?", mientras yo contestaba que sí, mis amigos se escondían detrás del cámara... a lo que yo no pude evitar decir "Pero no os vayáis!" (no sé si iba un "cabrones" por ahí xD espero que no jajaja). Y nada, hablando sin pensar mucho, siendo lo más natural posible (demasiado yo, para mi gusto, pero bueno xD), al final los enfocaron a ellos también... y acabaron enfocando también al cumpleañero, con la banda y las gafas de sol colgadas de la camiseta... atuendo apropiado para la cadena intereconomía, por supuesto. Pues, por mis grandes comentarios y la vestimenta de mi amigo, cada vez más tengo la sensación de que nos van a sacar en APM xDD (programa de la cadena catalana TV3, donde hacen un mix de programas varios, saliendo de ahí chorradas varias que resultan muy graciosas y donde recopilan grandes frases).


(En este vídeo sale mi profe de epidemiología xDD Es el que dice "el fumador, per se, ja pesa entre 3-4 Kg menys, més, eh... menys...")

Y nada, si saliéramos en ese programa, ya os enseñaría el vídeo a ver que han hecho con nosotros =.=
Luego en el tibidabo nos reímos mucho... y para muestra, un botón :D (como no conocen este blog, no me matarán por colgar la foto buaajajaja)


Oooh, es la primera vez que pillaba la cámara en la montaña rusa xDD (lo que tengo en la mejilla, que parece un hilillo negro... es una pelusilla... que no ha habido manera de quitar de la foto ¬¬).



Hikari

Hana (6)

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On sábado, 30 de julio de 2011 at 19:46

Bueeeno, tras unas entradas ausente, Hana vuelve para contaros como se lió la cosa xDD

      Una vez finalizado el entrenamiento, Hana corrió hacia su casa para ducharse y ponerse la ropa que le había regalado su amiga.
      Habían acordado esperarla en un banco del parque al que solían pasar muchas tardes.
      – Sigo pensando en que podríamos haberla ido a buscar – comentó Kato.
      – Que no, que me sabe mal que vaya siempre con el uniforme… – dijo Natsumi.
      – Hmm… ¿Qué tramas, Natsumi? – preguntó Yoichi curioso.
      – ¿Qué dices? ¡Yo nada! – replicaba Natsumi.
      – ¡Venga ya! Se te nota a la legua cuando mientas – se burlaba Yoichi.
      – ¡Cierto! – dijo Ryosuke, siguiéndole la corriente a su amigo – Esto tiene la firma de Natsumi por todas partes, ja, ja.
      – ¡Si ni siquiera sabéis de qué estáis hablando! – contestó Natsumi, enfurruñada, a los comentarios de sus amigos.
      – Uuuh, ¡cuidado que muerde! – se reía Kato.
      Mientas los amigos se reían, apareció Hana, corriendo, disculpándose por el retraso. Tras coger aire, se erguió mientras se colocaba un mechón de pelo tras la oreja. Todos se quedaron en silencio.
      – ¿Qué… llevas puesto? – preguntó Kato, extrañado.
      Hana llevaba una falda que llegaba por encima de la rodilla, de color caqui, con una camiseta escotada azul celeste, y sus sandalias nuevas. Acostumbrados al estilo deportivo de Hana, los tres chicos parecían bastante sorprendidos de su cambio de imagen.
      – Bueno, – decía Hana – quería estrenar la ropa que me compré el otro día…
      – Te ves muy rara, no va mucho contigo… – comentaba Kato.
      – Es verdad, no es que te quede mal, pero te ves diferente – añadía Yoichi.
      – ¡Jo! No pretenderéis que vaya toda la vida con sudaderas, ¿no? – replicó Hana.
      – Va, pero no te enfades… que no lo decimos con mala intención – se excusaba Yoichi.
      – ¡Bah! ¡Ni caso! – interrumpió Ryosuke – Yo creo que estás muy guapa, Hana – dijo con una sonrisa.
      Hana agradeció el comentario de su amigo con una sonrisa tímida.
      Caminando hacia la cafetería a la que siempre iban, las dos chicas empezaron a hablar, pasos atrás de los chicos.
      – ¿Qué le pasa a Kato? – preguntó Natsumi, vista al frente, fijando la mirada en Kato – Será idiota…
      – ¡Déjalo! Si yo también me veo muy rara… – Hana se tocaba el pelo, mirándose la ropa que llevaba.
      – ¡Tú estás genial, Hana! Lo que pasa es que ese tío no tiene sangre en las venas.
      Hana miraba a su amiga, encogiéndose de hombros con una sonrisa triste dibujada en el rostro. Realmente deseaba que Kato dijera que estaba muy guapa, con esa sonrisa que le iluminaba todo el rostro, y que hacía a que Hana le latiera fuerte el corazón.
      – Supongo… que sí me esperaba otra respuesta.
      – ¡Pues claro que sí! – exclamó Natsumi, alzando la voz, de tal manera que los tres chicos de delante se giraron a la vez, sobresaltados por el grito de su amiga.
      Hana miró a Natsumi, con los ojos abiertos como platos y las cejas curvadas, indicándole con su mirada que bajara la voz. Natsumi, apretando los labios, intentaba aguantar la risa, pero poco tiempo pasó hasta que el silencio entre ambas se rompió por las carcajadas de Natsumi. Hana no pudo evitar reír con ella.
      – ¿Qué pasa? – preguntó Kato curioso.
      Pero las chicas no hacían más que reír.



© Hikari

La historia de Balder (4)

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On jueves, 28 de julio de 2011 at 18:12

Hoy acaba la historia de Balder :D Así que igual esta semana aún tendréis alguna entrada con Hana :D


     Al salir de aquel monasterio, casi a punto de ser alcanzado, se topó de bruces con la Caballería. Los bandidos al verlos se retiraron hacia dentro, pero la Caballería los apresó. Balder estaba allí con ellos, explicándoles lo que había pasado.
     Al examinar los cuerpos de los bandidos, vio que ninguno estaba herido, y preguntaron a Balder qué había pasado, a lo que él contestó que habría tenido suerte. Tras esta respuesta tan poco clara de Balder, los Caballeros seguían sin creerse que un solo hombre pudiera haber hecho algo así, pero no tenían pruebas que demostraran lo contrario.
     Regresaron a la capital. Al verlo aparecer, Misaki corrió a sus brazos. Balder explicaba la situación a su familia, mientras el general de la Guardia hablaba con el entrenador. Tras una pequeña conversación, éste se acercó a Balder. Muy serio, lo miraba fijamente. Balder se erguió mostrando respeto a su superior. El entrenador lo examinó muy detenidamente; no tenía ni un rasguño, pero sus armas si tenían signos de lucha. Lo miró a los ojos y, al ver la mirada firme de Balder, sonrió y estiró su mano.
     – Felicidades – dijo el entrenador.
     Balder no pudo contener la alegría y tomó fuerte la mano de su entrenador, agradeciendo todo el esfuerzo que había hecho. Abrazó fuerte a su padre, que se sentía más orgulloso que nunca, y recibió la enhorabuena de su cuñado. Se giró y vio a Misaki, con las manos juntas, tapándose la boca, y los ojos brillantes de la ilusión. Balder fue hacia ella, y la abrazó, levantándola del suelo, mientras ella reía y lo felicitaba.
     Durante una semana tras el ascenso de Balder a Caballero, se estuvieron investigando los misterios que rodeaban a la misión que había realizado, puesto que, según pensaban los altos cargos del ejército del Rey, ningún caballero de su nivel podría haberse enfrentado a tantos bandidos solo y sin sufrir daño. Aún así, nadie sacó nada en claro.
     Balder estaba feliz con su nuevo título. Sentía que podía respirar más tranquilo ahora que ya era Caballero. Además, empezaba a controlar su poder y se sentía más fuerte que nunca.
     – ¿Alguna vez has pensado en que pueda haber más personas como tú? – preguntó Misaki.
     Balder la miró extrañado. Desde que descubrió sus poderes, nunca se había planteado la existencia de más personas como él.
     – Quizá andan perdidos por ahí, con miedo…
     – ¿Cómo lo estaba yo? – dijo Balder, sonriendo.
     Balder la miró y vio su sonrisilla tímida. Por primera vez pensó en lo mucho que había significado encontrar a Misaki. El haber tenido su apoyo y su cariño. Por primera vez pensó en que quería estar siempre a su lado.
     Antes de caer la noche, Balder la acompañó a su casa.
     – Pues ya estamos – dijo Misaki, alegre, sosteniendo las manos de Balder –. ¿Nos veremos mañana?
     – Claro.
     Misaki sonrió y se inclinó hacia él para darle el beso de despedida. Cuando fue a soltar sus manos, Balder las agarró fuerte. Misaki levantó la mirada hacia él.
     – ¿Qué pasa?
     – Misaki… – dijo Balder, con un hilo de voz que parecía que costaba salir de su garganta –. Me estaba preguntando si…
     Las palabras no salían, y sus manos empezaron a temblar. Misaki lo notó, y no pudo evitar preocuparse, ignorando lo que Balder intentaba decir. Con una mirada inocente, lo miraba expectante de sus palabras, sin decir nada, lo cual incomodaba aún más a Balder.
     – Bueno, desde que nos conocimos hemos pasado por mucho juntos – explicaba Balder, pareciendo hacer un esfuerzo sobrehumano –. Siento que de verdad eres la persona más maravillosa que debe existir en todo el Reino, y me preguntaba si… querrías pasar el resto de tu vida a mi lado.
     Misaki no podía apartar la mirada de él. Sus ojos, brillantes por las lágrimas que empezaban a nacer de ellos, reflejaban lo que estaban a punto de pronunciar sus labios.
     – ¿Me estás pidiendo – preguntaba, cogiendo aire para sobrellevar la emoción que la embargaba – que me case contigo?
     – Sí – contestó Balder, con una sonrisa tímida.
     Sin contestar nada, Misaki abrazó a Balder, más fuerte de lo que lo había hecho nunca, mientras lloraba sin poder pronunciar palabra. Se separó un poco de él, y asintió con la cabeza, mientras secaba sus lágrimas de alegría. Balder, al ver la respuesta, le acarició las mejillas y la besó.
     Cuando Misaki se calmó, entraron en la casa para comunicar la noticia a su familia. Balder obtuvo el consentimiento de sus padres de inmediato, ya que desde el primer momento pensaron que era un buen partido para su hija.
     El tiempo pasó. Balder y Misaki celebraron una boda humilde, con la familia y los amigos, yendo a comer todos a casa de la familia de él. La pareja fue a vivir a una casa que el abuelo de Misaki les había cedido. Estaba más cerca de la capital, lo cual iba bien para ambos.
     Misaki había empezado a trabajar, gracias a que un amigo de la familia conocía al amigo de una familia adinerada, como doncella de la hija mayor de los Kagami. Era una muchacha de 13 años que, aún siendo una niña mimada y consentida, no le daba muchos problemas.
     Las madres de ambos, con ansias de ser abuelas, no hacían más que insistir en que tuvieran descendencia. Pero por algún motivo, Misaki no se quedaba encinta.
     Balder, ya con 20 años, empezó a preocuparse. ¿Y si era culpa suya? ¿Acaso el ser especial tenía más repercusiones de las que él creía? Misaki veía las preocupaciones de su marido, e intentaba, siempre que estaba en su mano, liberarlo de esos pensamientos. Pero era una idea que Balder no podía quitársela de la cabeza.
     – Que venga cuando tenga que venir – abrazó Misaki a su marido por la espalda. – Sólo espero que no salga como su padre…
     – ¿Te estás metiendo conmigo? – Balder la miró de reojo, a la vez que Misaki agachaba la cabeza para que viera bien su risa burlona.
     – En vez de quedarte en esta silla mustio y pensativo, ¿por qué no me llevas a la cama? – decía mientras le besaba suavemente el cuello.
     – ¿Intentas provocarme?
     Balder se giró rápidamente hacia ella, sobresaltándola debido a la rápida reacción de él. La cogió en brazos y se la llevó al dormitorio.
     Un día, en la capital, Balder tuvo una sensación extraña. Era como una vibración, como si algo lo exaltara. Aumentaba conforme se acercaba al campo de entrenamiento. Allí estaban los Aprendices, practicando. El entrenador estaba discutiendo con una muchacha morena, que se limitaba a escuchar lo que él decía. Más tarde, ese mismo día, se cruzó con aquella muchacha mientras Balder se marchaba hacia su casa, y volvió a tener la misma sensación.
     – Hay una Aprendiz que me intriga – comentó Balder a su esposa mientras hacia la cena. – Es acercarme a ella y empezar a sentir cosas raras.
     – Vaya, ¿ahora te gustan jovencitas? – bromeaba Misaki, sin apartar la mirada de la olla.
     – No, me refiero a que – Balder movía sus manos, intentando encontrar las palabras para explicar la sensación que tuvo –, no sé, ha sido raro.
     Mientras Misaki comprobaba si le faltaba algún ingrediente al cocido que estaba haciendo, miraba a Balder, viendo en su rostro la confusión que le causaba esa muchacha.
     – ¿Y si hablas con ella?
     – ¿Y qué le digo? “Oye, que el otro día pasé por tu lado y me pusiste nervioso”. Aunque sea joven, seguro que me abofetearía… Yo me abofetearía.
     Misaki sonrió y acarició la mejilla de Balder. Comentó que quizá fuera una señal de algún tipo, e insistió en que hablara con esa muchacha.
     Al día siguiente, Balder fue de nuevo hacia el campo de entrenamiento, pero no habló con ella, sino con el entrenador, porque seguía sin encontrar las palabras adecuadas para dirigirse a la joven.
     El entrenador le habló sobre esa joven, llamada Mina. Era la hija de un importante Caballero, pero parecía ser la antítesis de ese hombre: desobediente, taciturna, independiente. “Así nunca llegará a ser un buen Caballero”. Mientras hablaban, Balder miraba a Mina, y seguía teniendo esa sensación que tanto inquietaba a Balder.
     Pocos días después, en la capital, había un gran revuelo formado. La gente hacía comentarios “Está poseída”, “Es un ser de las tinieblas”. Sin saber por qué, la primera persona que vino a la cabeza de Balder fue Mina.
     Fue a hablar con sus compañeros y les explicaron que la joven había tenido una discusión muy fuerte con su padre y que, con algún tipo de poder maligno lo había intentado hechizar.
     – ¿Poder? – preguntó Balder curioso, queriendo entender en ese momento que las vibraciones que había notado tenían algo que ver con eso.
     – Y la muy cobarde ha huido hacia el bosque. La están buscando.
     Le señalaron la posición donde estaba el padre de Mina, el cual estaba hablando con un general. Balder quería ir a hablar con él, para sacar algo más en claro.
     De pronto, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Miró hacia su izquierda y vio como, de un agujero negro, salía aquella muchacha, corriendo, directa hacia su padre. Lo abrazó, disculpándose y con el miedo dibujado en su rostro. No obstante, el padre la apartó, como quien aparta una mosca del plato. La despreció y la alejó de él. Mina se quedó muy quieta. Balder se acercaba hacia donde estaban ellos, cuando de pronto vio como un halo negro empezó a rodear a Mina, y como un agujero negro empezaba a envolver los pies de su padre.
     Sin pensárselo dos veces, Balder corrió hacia ella y la agarró por la espalda. Se la cargó al hombro, como si fuera un saco, y salió corriendo de allí.


Y... para saber como continúa tendréis que leer la historia de Mina :D Veréis que está bastante peor escrita, ya que han pasado como dos años desde que las escribí, y la evolución es constante, muchachos ôô jaja Pero bueno, la historia está jaja
Oh... y por si tenéis curiosidad... tres años después de esto, Misaki se quedará embarazada :)




© Hikari

La historia de Balder (3)

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On miércoles, 27 de julio de 2011 at 10:12

Ayer lo pensé... y si escribiera la historia de cómo murieron los personajes... (oh sí, para los que no sepáis nada de The Lost Light, los espíritus están muertos xDD O sea, los que tienen historia acabaran muertos... pero revivirán 1000 años después, así que no sufráis jaja). No sé no sé... me lo pensaré... xD




     Balder estaba agotado, sentado en la cama, con la espalda apoyada en el cabecero de su cama, mirándose las manos. Su madre lo llamó para cenar pero no probó bocado. Al día siguiente no tenía fuerzas para levantarse y no fue a entrenar.
     Balder estaba de pie, frente a la ventana, con su mano apoyada en esta. Miraba el cielo, pensando en lo que había pasado el día anterior. Mirando fijamente el cielo, poco a poco iba cerrando su mano, haciendo fuerza con los dedos. Al ver que no pasaba nada, sin apartar la mirada del cielo, abrió la mano de golpe y de pronto un relámpago cayó de la nada. Balder se asustó, porque realmente esperaba que no sucediera nada. Entonces se miró la mano y vio como un pequeño rayo recorría el espacio entre sus dedos. Entonces su cuñado irrumpió en su cuarto.
     – ¿Cómo que no has ido a entrenar hoy? – le preguntó él, un poco mosqueado.
     – ¿Eh? ¿Qué haces aquí?
     – Tu entrenador ha venido a avisarme de que no habías ido.
     – No me siento bien, y he preferido no forzarme…
     – Hmm, estás algo pálido. Y tu madre me ha dicho que ayer no cenaste. ¿Ha pasado algo?
     – Eh… no…
     El cuñado lo miró con desconfianza, pero no parecía estar bien, así que no quiso presionarlo. “Vuelve cuando estés mejor”, fue lo que le dijo al despedirse.
     Estuvo 5 días sin ir a entrenar, y sin probar a penas bocado. Tampoco sabía nada de Misaki. “Debe de pensar que soy un monstruo…” pensaba él apenado. Sentado en la cama, apoyado en el cabecero de su cama, es como se pasaba los días, ausente de todo lo que le rodeaba. Su madre llamó a la puerta.
     – Balder, cariño – dijo preocupada –, tienes visita.
     Balder ni siquiera movió un músculo. “Balder…” dijo una voz femenina. Reconoció la voz de Misaki. Levantó un poco la cabeza para mirarla y sonrió levemente, con una expresión triste.
     – Hace días que no vas a entrenar… – comentó ella, mientras se acercaba a él lentamente.
     – No tengo fuerzas…
     Ambos se quedaron en silencio. Misaki no sabía que decir. Decidida, se subió a la cama y se sentó frente a él.
     – ¡No puedes estar así! – exclamó acercando su cara a la de él.
     Balder se sorprendió de su reacción, y levantó la mirada para verla.
     – ¿Por qué no dices nada? – preguntó Misaki, sollozando.
     – ¿Por qué lloras?
     – ¡¿Por qué tú no?! – exclamó enfadada – Estás asustado, estás triste, y te limitas a encerrarte… ¡Grita lo que pienses!
     – Debes… de pensar que soy un monstruo – murmuró él.
     Misaki se quedó un momento sin habla, al ver la expresión triste de él. Llorando, cogió la mano de Balder y se la acercó a la mejilla.
     – Tú eres lo menos parecido a un monstruo que conozco… – dijo ella.
     – ¿Y por qué tiemblas?
     Misaki no sabía qué contestar. Cogió aire para intentar explicarse, pero no le salieron las palabras. Por la impotencia que sentía, rompió a llorar. Apartó la mano de la mejilla de Balder para taparse el rostro.
     – Lo siento… – se disculpó Misaki. – Yo… tengo miedo. Esto me da mucho miedo. ¡Pero de verdad no creo que seas un monstruo!
     – ¿Y qué soy entonces?
     – ¡Eres Balder! Sigues siendo tú. No has cambiado en nada. Y si ahora puedes hacer caer rayos o lo que sea, ¡será porque eres un elegido de los Dioses o algo! No todo lo raro tiene por qué ser malo…
     Balder la miró. Tenía una mirada firme y parecía estar convencida. Después de tanto tiempo, al oír las palabras de Misaki, no pudo evitar sonreír.
     – Qué tonta eres – dijo Balder sonriendo.
     – ¡No, tonta no! – replicó Misaki.
     Balder de repente la abrazó y le dio las gracias. Misaki al principio no supo cómo reaccionar, pero luego, se acomodó entre los brazos de Balder.
     Pasaron la tarde en la habitación de Balder, hablando de mil cosas. Balder estaba sentado en la cama, con la espalda apoyada en el cabecero, y Misaki estaba sentada entre las piernas de él, con su espalda apoyada en el pecho de Balder. La madre escuchaba tras la puerta, y al oír risas desde la habitación se sintió aliviada y bajó a la cocina a preparar la cena.
     Al día siguiente, Balder volvió a su rutina diaria, y, tras un tiempo, por fin volvió a los entrenamientos.
     El entrenador echó en cara a Balder el haber faltado tanto tiempo, y Balder no hacía más que disculparse una y otra vez por su actitud. Aún así, seguía teniendo muchas ganas de combatir, y este entusiasmo fue el que hizo que el entrenador recuperara la fe en él.
     Al poco tiempo, Balder y Misaki iniciaron una relación seria. A veces Misaki traía comida, y almorzaban juntos. Uno de esos días, se dieron el primer beso.
     Un mes después del regreso de Balder a los entrenamientos, el entrenador le propuso para su misión para ascender a Caballero. Siempre solían ser misiones de capturar algún bandido, y, en este caso, no hubo ninguna excepción.
     Balder se adentró en el bosque, con su hacha y su escudo. Misaki quería ayudarlo haciendo de cebo, pero Balder sufría más por ella que lo que sufría ella, y no quería ponerla en peligro, puesto que jamás se perdonaría que le pasara algo. Así que ella esperaba su regreso en la capital, junto con el cuñado de Balder y su padre; la hermana y la madre estaban en casa preparando un gran banquete para su regreso.
     Caminando con aires de despreocupado, vigilaba a todos lados, acercándose a la guarida de los bandidos, para ver si lograba encontrar a uno que anduviera solo. Sin embargo, aparecieron tres de ellos con una niña de 12 años a cuestas, gritando que la soltaran. Él sabía que no tenía rango ni capacidad para asumir un riesgo tan grande. Aún así, no podía dejar sola a aquella muchacha.
Siguió a aquellos hombres hasta las ruinas de un antiguo monasterio. Allí era donde se ocultaban. Balder se acercó con cuidado, rodeando el monasterio para evitar la entrada principal. Vigilando que no le siguiera nadie, oyó a su espalda:
     – ¿Qué pasa, muchacho? ¿Te has perdido?
     Al girarse vio a un bandido, que enseguida colocó su espada en el cuello de Balder.
     – No me digas que eres otro de esos Aprendices – dijo mientras reía. – Contigo serán cuatro las cabezas que tendremos expuestas a modo de trofeo ja, ja.
     Balder estaba inmóvil, no sabía qué hacer. Tampoco pronunciaba palabra. De repente tuvo una idea. Sin pensárselo dos veces, soltó su escudo y agarró con cuidado el filo de la espada de su contrincante. El bandido lo miraba confuso y se disponía a atacarlo cuando una gran fuerza lo hizo saltar hacia atrás. Balder soltó la espada para no hacerse daño. Se miraba la mano mientras flexionaba sus dedos. Había logrado liberar una gran cantidad de energía a través de la espada, y el rayo había logrado alcanzar a su rival, sin apenas llamar la atención. Cerró la mano mientras sonreía.
     Se dirigió hacia al bandido, que yacía inconsciente y casi sin aliento, a buscar algo que pudiera ayudarlo a rescatar a la muchacha. Pero no encontró nada, así que siguió su camino.
     Saltó el muro que rodeaba al monasterio, tras asegurarse de que no había nadie al otro lado. Oyó que se acercaba alguien y se coló por una de las ventanas, antes de que alguien lo pudiera ver. Fue un poco incauto el adentrarse sin mirar, pero por suerte no había nadie allí. No obstante, entraron dos bandidos que lo vieron agachado bajo la ventana. Antes de que pudieran dar la voz de alarma, Balder extendió su brazo hacia ellos y los fulminó. Ambos cayeron al suelo. Un tercer bandido, que los vio tirados en el suelo, entró en la sala. Balder estaba pegado a la pared donde estaba la puerta. Cuando entró corriendo el bandido, Balder lo golpeó, antes de que se girara, con el mango de su hacha en la nuca, dejándolo inconsciente.
     Mientras tanto, en la capital, un General era informado del rapto de una niña. Esta noticia llegó a oídas del entrenador e informó de la posición de su Aprendiz. El cuñado de Balder informó al padre y a Misaki de lo que estaba sucediendo, y la preocupación empezó a invadirles.
     Balder se movía por los pasillos con cuidado de no ser visto. Escuchó como en una sala hablaban unos cuantos. Se asomó un poco para ver cuántos había y, en una esquina, encontró a la chica, atada, temblando de miedo. Asegurándose de que los guardias no miraban, movía la mano frente a la puerta para intentar que la chica lo viera.
     La muchacha lo vio, y Balder le hizo un gesto para que no dijera nada. Los bandidos vieron que ella estaba mirando algo y se acercaron a la puerta. Balder se echó hacia atrás y, cuando el primer bandido salió de la sala, lo golpeó fuerte con el escudo, empujándolo hacia atrás, cayendo al suelo mareado tras golpearse también contra la pared. Entró en la sala y atacó a los tres bandidos que quedaban. Dirigía los rayos a través de su arma, lo cual era una gran ventaja ya que con el mínimo golpe los dejaba débiles o conmocionados.
     En el suelo, tirados y sin poder moverse, estaban los bandidos. Balder cogió a la muchacha y salió de allí corriendo. Perseguido por algunos bandidos, no tenía tiempo para luchar con ellos, y corría lo más rápido que podía.




© Hikari

La historia de Balder (2)

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On martes, 26 de julio de 2011 at 10:06

     Balder dejó de ver a aquella muchacha en los entrenamientos, y por alguna razón sentía pena por ello, pero lo dejó pasar. Un día de tormenta, Balder regresaba a casa tapando su cabeza con su chaleco. Acurrucado en un árbol se encontró un gato, que parecía ser el mismo gato de aquella muchacha. Lo recogió, lo envolvió en el chaleco y se marchó corriendo bajo la lluvia.
     Los rayos iluminaban el cielo, oscurecido por nubes negras de tormenta. Por el camino, Balder se encontró con la muchacha, dueña del gato, en cuclillas, tapándose las orejas con las manos, y dando pasitos pequeños murmurando “Tengo que encontrarlo, tengo que encontrarlo”. Cuando caía un rayo, cesaba en su pequeña marcha y se encogía aún más. Balder se agachó y se puso a su altura.
     – ¿Te dan miedo los relámpagos? – preguntó con un tono suave.
     La muchacha levantó la mirada, y vio a Balder en frente suyo, con su gatito acurrucado en sus brazos. Lo miraba fijamente y no le salían las palabras.
     – Em… Si nos quedamos aquí mucho rato, vamos a pillar una pulmonía… – comentó Balder.
     La chica reaccionó y asintió con la cabeza. Ambos se levantaron pero, al caer otro rayo, la chica se volvió a agachar. Parecía que caían bastante cerca, pues la tormenta estaba casi encima de ellos. Balder se agachó y le acarició la cabeza. “Debemos darnos prisa” le dijo. Balder tomó la mano de la chica y la ayudó a levantarse. Iba tirando de ella, para salir de aquella zona. La chica lo seguía, cabizbaja, pero levantando la mirada para verlo.
     Como la tormenta iba en dirección contraria a la que iban ellos, pronto cesaron los rayos y quedó sólo una leve llovizna.
     – ¿Vive por aquí? – preguntaba Balder.
     – Mmm. – murmuró ella.
     – ¿Mmm? ¿Y eso qué significa? – preguntó Balder confuso.
     – N-no…
     – ¿Y qué hace por aquí?
     – A-acompaño a mi madre al trabajo…
     – Je… ¿en un día como hoy?
     – Mi… mi gatito se escapó…
     Balder le preguntó dónde vivía y al contestarle, vio que vivía bastante lejos como para ir todo el camino empapada. Le dijo que él vivía allí al lado, por si quería ir a secarse primero. La chica se sonrojó.
     – ¡P-pero no tengo segundas intenciones ni nada, eh! – dijo él tímido, al pensar que podría haberse entendido mal.
     – Je, je – rió la muchacha, sonrojada –, está bien.
     Llegaron a casa de Balder. La madre los vio llegar por la ventana, y enseguida abrió la puerta de la calle para recibirlos, con una toalla en la mano para que se secaran cuanto antes. La madre preguntó por la muchacha, pero Balder no supo qué contestar, puesto que no sabía siquiera su nombre.
     – Me llamo Misaki – contestó la muchacha tímida.
     – ¡Ah, Misaki! ¡Qué lindo! – exclamó la madre, mirando a Balder con una sonrisa burlona. – Ven por aquí, por favor, te daré una muda limpia.
     Misaki seguía a la madre de Balder, sonriendo, y mirando a Balder de reojo. Pasaron por enfrente de la salita donde estaba su padre limpiando sus herramientas. Las dos saludaron. Al ver a Misaki el padre se extrañó y fue a buscar a Balder, que estaba aún en la entrada, secándose con la toalla que le había dado su madre.
     – ¿Quién es esa chica? – preguntó el padre, curioso.
     – La… la conocí en los entrenamientos. – contestó Balder.
     – ¿También es caballero?
     – N-no…
     – ¡Es muy guapa! ¿Es tu novieta? Je, je.
     – Que va…
     Balder aguantaba el interrogatorio de su padre, mientras su madre ayudaba a Misaki a arreglarse.
     – ¿Y cómo conociste a mi hijo? – preguntaba la madre, pensando en que podría ser la novia de su hijo.
     – Ah… rescató a mi gatito… – decía mientras acariciaba al tierno animalito.
     – Ay, mi Balder. Siempre tan bueno.
     Mientras la madre no hacía más que decir cosas buenas de su hijo, Balder, ya arreglado, fue al vecino a pedirle su caballo para poder llevar a Misaki a su casa cuanto antes. Como Balder era un buen caballero y confiaban en él, le dejaron el caballo sin problemas. Cuando la muchacha estaba lista, el padre se presentó educadamente y le dijo que Balder estaba fuera esperándola. La madre preguntó si no se podía quedar a cenar, pero Balder dijo que su familia estaría preocupada y que quería llevarla a casa antes de armar ningún revuelo. Ayudó a la muchacha, que llevaba un vestido de su hermana, a subir al caballo, y le entregó el gatito. Balder, sin embargo, no se subió y tiraba de las riendas del caballo para hacerlo andar.
     – ¿Qué haces? – replicó la madre.
     – Ll-llevarla a casa – dijo Balder, sin saber qué otra cosa contestar.
     – Pero así iréis más lentos. Sube con ella al caballo, que tenéis sitio de sobras.
     – Pe-pero… – balbuceaba Balder, que no quería incomodar a Misaki.
     – A mí no me importa – contestó ella, mirándolo con una sonrisa.
     Balder subió detrás de ella, y tomó las riendas del caballo. Mientras se alejaban, los padres los miraban muy contentos.
     Cuando llegaron a casa de ella, estaba su hermano en la puerta, que había salido al escuchar ruido fuera. Balder se bajó del caballo, y ayudó a Misaki a bajar. El hermano llamó a sus padres y acudió rápido a preguntar por qué llegaba tarde.
     – ¡Estábamos preocupados! – exclamó.– Con la tormenta que caía y tú por ahí haciendo el tonto con este chaval.
     – ¡Yo no…! – replicó ella.
     – Perdona. – intervino Balder.– No creo que haga falta que le hables así. Estaba perdida, en el bosque, buscando a su gato. Yo me limité a ayudarla y a traerla aquí.
     – Ah… vale – respondió el hermano si saber qué decir. – ¿Y quién eres tú?
     – ¡Es un Caballero! – exclamó Misaki.
     – Bueno… técnicamente aún no soy nada hasta que no pase la prueba – contestó Balder tímido.
     La madre salió corriendo a abrazar a su hija. Misaki lo presentó a la familia.
     – ¡Guau! Un Caballero – dijo la madre asombrada.
     – En realidad de momento sólo soy Aprendiz – dijo Balder.
     – Muchas gracias por traerla sana y salva – le agradeció el padre.
     Balder se disculpó por haber de marchar. Le acarició la cabeza a Misaki y le dijo que la próxima vez anduviera con cuidado, se subió al caballo y se marchó. Desde ese día volvió a ir a verlo a los entrenamientos, y, cuando Balder terminaba, se iban juntos dando un paseo. Balder cada vez se sentía más a gusto estando con ella, y empezó a verla con otros ojos.
     Un día soleado, mientras paseaban, Misaki hizo una broma respecto a Balder, y empezó a correr, riendo, para que él no la alcanzara. Mientras corría se topó con un hombre, bastante grande. Misaki pidió disculpas. Balder fue a ver qué pasaba. Cuando vio bien al tipo vio que en cinturón colgaba una bolsa, donde asomaba alguna que otra joya, y que al moverse sonaban monedas. Era un bandido que acababa de hacer un saqueo. Cogió a Misaki fuerte del brazo.
     – Ja, ja, ja – se reía el bandido –, ¡con esta muchacha acaba mi día siendo redondo!
     – ¡Aaah! ¡Suéltame! – gritaba ella.
     – ¡Déjala! – le ordenó Balder, furioso.
     – ¿Y qué me vas a hacer si no lo hago? – dijo el bandido, con tono chulesco, desenfundando un sable.
     Balder no tenía arma, pero tampoco podía dejar a Misaki en manos de ese hombre. Tal era su ira, que de pronto, una corriente empezó a recorrer su cuerpo. El bandido lo miraba mientras se reía, y cogía fuerte a la chica, mientras ella se resistía.
     – Vaya, vaya… ¿Qué es tu novia? – dijo el bandido burlón.
     – ¡Balder, ayúdame! – dijo Misaki, sollozando.
     apretó fuerte los puños, mirando al bandido furioso. De pronto, un rayo muy bien dirigido cayó sobre el bandido. Misaki, en el momento en que cayó el rayo, se tiró al suelo. Sorprendentemente a ella no le sucedió nada; sin embargo, el bandido estaba tirado en el suelo, fulminado. Balder estaba muy sorprendido, puesto que no había ni una sola nube en el cielo. Fue a tender su mano para ayudar a Misaki a levantarse. La sorpresa de ambos fue ver pequeños relámpagos recorriendo la mano de él. Misaki lo miró asustada. “¿B-Balder…?”. Balder movió rápido la mano, y esa energía se fue. En el suelo, de rodillas, ella lo contemplada con cara de miedo. Balder también estaba asustado, y no pudo evitar marcharse de allí corriendo, mientras Misaki lo llamaba.
     Cerca de su casa, furioso y atemorizado, golpeó con fuerza un tronco, y un relámpago iluminó el cielo de la tarde. Sin entender nada, se fue a su casa.
     – Menos mal que has vuelto pronto – dijo la madre –. ¡Están empezando a caer rayos! Menuda tormenta te hubiera pillado…
     Pero no llovió. No cayó ni una gota.




© Hikari

La historia de Balder (1)

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On lunes, 25 de julio de 2011 at 9:43

¡Bien! Por fin mi muchachote estará contento jaja Como ya anuncié la semana pasada, esta semana está reservada sólo para él :D Oh, y ya lo aviso, no hace falta haber leído The Lost Light para entender la historia... porque estas historias de los espíritus están basadas en hechos que sucedieron 1000 años antes de la época en la que está basada TLL, así que si queréis leerla adelante, a ver si os enamora como a mí *-*


     Balder era hijo de una familia de campesinos. Nunca tuvieron mucho dinero y Balder, ya desde pequeño, quería dedicarse al trabajo en el campo para poder ayudar a sus padres. Tenía una hermana mayor que se casó joven con un caballero recién nombrado y cuando él apenas tenía 11 años quedó solo en casa con sus padres. Siempre les ayudaba alegre en las tareas del campo. Su padre siempre quiso que estudiara para hacerse un hombre hecho y derecho, pero Balder sabía que sus padres no podían permitirse el mandarlo a la escuela o a entrenar con los caballeros, así que prefería quedarse con ellos.
     Creció fuerte y bueno. Un día, con 14 años, vino su hermana con su marido a visitarlos, y a darles la noticia de que estaba embarazada. Todos se alegraron mucho. El marido de ella vio a Balder y le dijo que estaba muy fuerte, y que haría falta que entraran aprendices como él, que los que había visto eran bastante enclenques. Balder, con una sonrisa tímida, dijo que el mundo de la Caballería no era para él. El padre, cuando escuchó las palabras de su yerno, le preguntó si podía colocar a Balder entre los aprendices. Él le dijo que seguro que sí, siempre y cuando Balder quisiera. Balder no estaba muy convencido, pero viendo que su padre parecía emocionado con la idea, aceptó probar un día para ver cómo era.
     Al día siguiente, el marido de su hermana habló con el entrenador, para ver si podía colarlo en la práctica. En teoría, antes de empuñar un arma, debía aprender estrategias de combate y características de cada arma, pero el cuñado decidió meterlo directamente en el entrenamiento para que le cogiera el gusto a la batalla. El entrenador hizo una excepción y le dejó participar. Balder tenía un poco de vergüenza porque ahí había un montón de jóvenes con experiencia que lo miraban con superioridad.
     – Vaya, ¡estás muy fuerte! – dijo el entrenador – Así me gusta, chaval. A ver, dime, ¿qué arma te gustaría?
     Balder miró todas las armas que habían apoyadas en la pared: había espadas, arcos, lanzas… todo tipo de armas que él veía que necesitaban bastante destreza. Entonces vio un hacha. Pensó que le sería fácil manejarla, puesto que tenía algo más de dominio por cortar los troncos para la chimenea.
     – Anda, ¿un hacha? – preguntó el entrenador entre sorprendido y contento – Eres el primer hachero de este grupo.
     Balder los miró. Había muchos espadachines, los cuales lo miraban con cara de soberbia. Él sabía lo que estaban pensando, que alguien como él sobraba allí. Y aunque se sentía rechazado, él estaba allí por su padre y el favor que le había hecho su cuñado, así que no podía defraudarlos. El entrenador le dijo que los ataques con el hacha a veces eran lentos, y que posiblemente necesitaría un escudo. Repartió unas armas que tenía de madera para que los muchachos practicaran. Les iba enseñando movimientos según el estilo de arma. Balder repetía los movimientos que le enseñó el entrenador, pero adaptándolos un poco para que le fuera más fácil a él de controlar el hacha. Eso pareció gustarle al entrenador. Cuando se acabó el entrenamiento, Balder dejó el hacha y el escudo de madera y se marchaba, cuando el entrenador lo paró para hablar con él.
     – Tienes buenas cualidades de guerrero, muchacho – dijo el entrenador alabándolo.
     – ¿En serio? – preguntó Balder sorprendido.
     – Sí, sí. La verdad es que podrías tener futuro. ¿Seguro que no te interesaría ingresar en la Caballería?
     – No sé… tendría que consultarlo.
     – ¿Sabes leer?
     – Sí… ¿por? – preguntó Balder confuso.
     – Mira, te voy a dar este libro. Es de los que los muchachos se estudian para poder llegar a entrenar. Léetelo, ¿vale? Cuando sea que te lo acabes, te haré unas preguntas y si contestas bien, te dejaré entrenar oficialmente con nosotros. ¿Te parece?
     Balder, aunque había decidido trabajar en el campo, estaba realmente contento por las palabras del entrenador. Aquella noche empezó a leer el libro y se llegó a leer hasta un cuarto. Su padre estaba orgulloso de él.
     Al día siguiente no fue a entrenar, puesto que primero había de superar el examen que le iba a hacer el entrenador. A la hora de la comida, su madre le pidió que le cortara un poco de madera para el fuego, y Balder salió a fuera rápido. Cogió el hacha, ya un poco oxidada, y cortó los trozos de tronco para su madre. Con el hacha en la mano, se acordó del entrenamiento y realizó alguno de los movimientos que el entrenador le enseñó. Su madre lo miraba desde la ventana de la cocina, y disfrutaba viendo a su hijo entrenar. En seguida se acordó de la madera para su madre y se la llevó a la cocina. Su madre lo miró contenta.
     – Gracias, hijo – dijo ella sonriendo.
     – De nada – contestó él mientras salía de la cocina.
     – ¡Balder! – exclamó su madre.
     – ¿Sí?
     – Estoy segura de que llegarás a ser un gran caballero.
     Balder agradeció las palabras de su madre. Dos días más estudiando el libro que el entrenador le había dado. Logró pasar el examen y por fin pudo entrenar con el resto de aprendices.
     Pasó los años entrenando. Así llegó a los 18 años. Un día en el entrenamiento apareció una joven pidiendo ayuda. Su gato se había subido a un árbol y no podía bajar. El entrenador la echó de allí diciendo que tenían cosas más importantes que bajar gatos de árboles. La chica se marchó enfadada. Cuando acabó el entrenamiento, Balder fue a dar un paseo para despejarse. Por el camino, se topó con la muchacha que había irrumpido antes en el entrenamiento. Estaba intentando trepar al árbol donde su gato, asustado, había trepado.
     – ¿Te ayudo? – le preguntó Balder, aguantándose un poco la risa, porque le resultaba muy graciosa.
     – ¿Eh? – contestó ella mientras giraba la cabeza hacia él – Puedo yo sola, ¡GRACIAS! – dijo al ver que era uno de los caballeros.
     Entonces se quebró la pequeña rama donde había apoyado su pierna y Balder la cogió. La dejó en el suelo diciéndole que tuviera cuidado. Él se subió al árbol y bajó al gato con mucho cuidado. La chica, al ver la delicadeza con la que trataba al gato aquel chico tan grande y fuerte, quedó en seguida prendada de él. Balder le entregó el gato y la chica lo miraba embobada, mientras él le sonreía. Como la chica no decía nada, Balder dijo que se tenía que ir. Entonces la chica reaccionó y le preguntó que cómo podría agradecérselo. Balder le dijo que no era necesario y se marchó a su casa.
     Al día siguiente, mientras entrenaban, la muchacha lo miraba desde lejos, escondida. Cuando acabó el entrenamiento, y Balder ya se marchaba, la muchacha quería acercarse a hablar con él, pero sentía mucha vergüenza. Balder la vio de reojo y la saludó con la mano, con una sonrisa. La chica, con la mano a la altura del hombro, movió levemente los dedos para devolverle el saludo, con una sonrisa tímida en la cara y las mejillas sonrojadas.
     Los días pasaban y la muchacha siempre lo miraba de lejos. Un día, su hermana y su cuñado fueron de visita con su hijo, a verlo al entrenamiento.
     – ¡Tito Balder! – dijo Kazuki, su sobrino de 3 años.
     – ¡Hey, Kazuki, pequeñajo! – exclamó Balder, mientras lo cogía en brazos y lo levantaba.
     Balder saludó a su hermana y a su cuñado muy feliz, agradeciendo la visita.
     – ¿Qué? – preguntó el cuñado – ¿Cuándo tendrás la prueba para ser caballero definitivamente?
     – Pues el entrenador me ha dicho que dentro de poco.
     – ¡Pues ya mismo, entonces! – exclamó feliz el cuñado. – Con lo bien que hablan de ti, deberías haberla hecho hace un tiempo ya.
     – Ya, yo es que prefiero esperarme para ir más sobre seguro – contestó Balder.
     – ¿Y de mujeres qué tal? – preguntó la hermana – ¡Que ya tienes una edad! Deberías ir buscándote a una buena chica.
     – Siempre me dices lo mismo – contestó el tímido –, dame un respiro.
     Todos reían contentos. La muchacha desde lejos contemplaba la escena. Sentía que Balder de verdad era un buen chico, pero se sentía apenada por sentir vergüenza y no poder acercarse a él, además viendo que él nunca se acercaba a hablar con ella. A partir de ese día, dejó de ir a verle a los entrenamientos.




© Hikari

Anécdota de la semana

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On domingo, 24 de julio de 2011 at 10:04

Estaba en la parada del bus,
esperando a que hiciera acto de presencia...
Tras un rato esperando aparece,
dejando ver su morro mientras giraba en la curva.
Para que me viera, levanto mi brazo,
estirándolo hacia la carretera... pero...
un hombre salvaje apareció...
detrás de mi mano...
Y el pobre se llevó una leche de cuidao...
Que hasta para disculparme tenía que aguantar la risa xDD


Que desastre xD Cuando se lo contaba a la enfermera de la consulta se meaba la mujer xDD Y no es para menos jaja



© Hikari

Hana (5)

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On sábado, 23 de julio de 2011 at 20:09

Para que no me odiéis mucho por dejar la historia una semana... os traigo otro capitulillo más :) ¡Disfrutadlo!

      Hana entró en clase. Escuchó los halagos de sus compañeros sobre su peinado, pero a ella lo que de verdad le importaba es que a Kato le gustaba.
      Después de una hora de clase, mientras esperaban a que llegara el profesor de matemáticas, el grupo de amigos se juntó para hablar.
      – ¿Os apetece que hagamos algo esta tarde? – preguntó Natsumi.
      – Yo hoy tengo entreno del club – se disculpó Hana.
      – ¡Jo! Siempre tienes atletismo… – se quejaba Natsumi – ¡Kato y Yoichi no se pasan la vida jugando a baloncesto!
      – Bueno – intervino Yoichi –, quedamos y cuando Hana acabe de entrenar vamos a buscarla.
      – ¡Sí hombre! – exclamó Natsumi.
      – ¿Qué pasa? – preguntó extrañado Ryosuke.
      – Pues que quedamos nosotros y ya luego vendrá. No va a venir con el uniforme del insti…
      En ese momento entró el profesor. Los tres chicos se miraron confusos, puesto que no era la primera vez que habían ido a buscar a Hana a los entrenamientos, y luego la miraron a ella. Hana no sabía tampoco qué pasaba, así que se acercó a preguntar a Natsumi qué sucedía, a lo que ella contestó que tenía que estrenar la ropa nueva para que la viera Kato.
      A la hora de la comida, los amigos comentaban el plan de la tarde. Las horas pasaron y el timbre sonó indicando el final del día. Los amigos se despidieron hasta la hora de la quedada.
      Hana, en la pista de atletismo, realizaba los estiramientos obligatorios antes de empezar el entrenamiento. Una vez finalizados, se acercó a una de sus compañeras para hacerle algunas preguntas.
      – Em… Perdona… Quería preguntarte…
      – Dime – dijo Mai, una compañera de otra clase.
      – ¿Tú sabes quién es una chica morena, muy guapa, con el pelo por aquí – comentaba mientras se señalaba con la mano horizontal la axila –, que va a la clase B?
      – ¿Te refieres a Ayaka? – preguntó Mai.
      – S-supongo… ¿Sabes… si tiene novio?
      – Seguro que es ella. Ja, ja ¿Interesada? No sabía que te iba ese rollo ja, ja – se burlaba la chica.
      – ¡No! No… je, je Es que… uno de mi clase me lo ha preguntado je, je – se excusaba Hana.
      – Pues sí que tiene. Está saliendo con el capitán del equipo de baloncesto. Dile a tu amigo que se busque a otra, porque creo que ese chico es bastante celoso.
      – Ah… vale, gracias. Se lo diré.
      Hana estuvo durante todo el entrenamiento pensando en lo que estaba haciendo Kato. Prefirió pensar que fue un encuentro espontáneo, y no que ambos llevaban tiempo engañando al novio de Ayaka.



© Hikari

Semana reservada

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On viernes, 22 de julio de 2011 at 16:05

Quedáis informados ya: la semana que viene no habrá Hana!

¡Oooooh!

Pues sí pues sí... Aún no está terminada pero.... LA SEMANA QUE VIENE POR FIN SUBIRÉ LA HISTORIA DE BALDER! Estará contento el muchacho... para que vea que no le tengo manía jaja Me reservo la semana porque la tengo que acabar y eso... además es larguilla...

Así que para las personitas pendientes de esa historia... tendrán que esperar! Se sienteeee :D Mañana pondré otro capitulillo para que aguantéis una semanita jeje


Hikari

Hana (4)

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On jueves, 21 de julio de 2011 at 9:53

Y continuamos con la historia :D Si os habéis fijado en el lateral, Hana ya tiene botón ^^


      Tirando de ella, Natsumi llevó a Hana a mirar tiendas de ropa. Entraron en una tienda de ropa juvenil. Natsumi se separó de Hana y le dijo que fuera mirando. Incapaz de llevar la situación con tanto entusiasmo como su amiga, Hana decidió mirar ropa tranquila. Con una camiseta holgada en sus manos, llamó la atención de su amiga.
      – ¡Suelta eso! – exclamó Natsumi.
      – ¿Qué pasa? – preguntó Hana extrañada.
      – ¡Hemos venido a hacer de ti una mujer sexy! No puedes comprarte camisetas anchas – replicaba ella –. Vamos, sígueme a los probadores.
      Natsumi llevaba en su brazo colgadas muchas camisetas ajustadas, camisas y pantalones cortos. Mucha más ropa de la que le dejaban entrar al probador, así que tuvo que hacer cola varias veces para probarse todo lo que su amiga había escogido para ella.
      Tras un buen rato y mucha ropa descartada, Hana fue por fin a pagar. A la hora de entregar el dinero, Natsumi se lanzó con un saltó a apoyarse en el mostrador, con unos cuantos billetes en la mano.
      – Esto ha sido idea mía, así que yo lo pago – dijo Natsumi con una sonrisa.
      – Pero es mucho dinero… – comentaba Hana.
      – Oh, no te preocupes, ya me lo compensarás cuando llegue mi cumple.
      Hana agradeció el gesto de su amiga, y salieron de la tienda con un par de bolsas. Pensando que se habían acabado las compras, Hana iba más tranquila. No obstante, según Natsumi, aún le faltaban un bonito par de zapatos. Arrastrándola de nuevo, iban las dos por la calle riendo.
      Yendo a la zapatería, en la acera de enfrente donde estaban ellas, a Hana le pareció ver a la chica con la que estaba Kato en la azotea, con otro chico de la mano. Decidió no comentarle nada a su amiga porque, conociendo su temperamento, sabe que podría complicar un poco las cosas.
      Hana regresó ese día a su casa con un nuevo aspecto, mucha ropa y unas bonitas sandalias nuevas. Estaba contenta de que sus padres alabaran su nueva apariencia, pero aún así, esa noche al mirarse en el espejo para lavarse los dientes, no pudo evitar verse rara.
      Al día siguiente notaba miradas por todas partes, aunque poca gente parara realmente atención en ella. En el pasillo, yendo hacia clase, volvió a ver a la chica que estaba con Kato el día anterior, abrazada al mismo chico con el que la había visto yendo con Natsumi. Distraída, mirándolos, topó con alguien, que resultó no ser otro que Kato.
      – ¡Bu-buenos días! – saludó Hana.
      – Hola – contestó él, sonriendo mientras se fijaba en ella. – Vaya corte de pelo, ¿eh?
      – ¿Eh? – balbuceó Hana, mientras tapaba su corta cabellera con sus manos, avergonzada.
      – Te queda muy bien. Estás muy guapa – comentó Kato con una sonrisa.
      – Ah… gracias – dijo Hana, quitándose lentamente las manos de la cabeza y empezando a apreciar ese corte de pelo.

Señores, señoras (sobretodo estas últimas xD), os informo de que a partir de este momento... la cosa se empieza a liar cosa mala xD


© Hikari

Soledad

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On martes, 19 de julio de 2011 at 18:07

Soledad. A veces la anhelamos. Otras veces la detestamos. Y aunque no nos demos cuenta, siempre está con nosotros. Es ese refugio que a veces nos acoge para que nos desahoguemos, o es el pozo en el que caemos cuando la tristeza nos abruma. Puede ser un paraíso donde no se puede sufrir daño, o un bosque de espinas en que mires a donde mires hay dolor. Se parece a un mar en calma que nos da serenidad, o a un mar tormentoso que nos llena de desconcierto.

A veces es blanco y a veces es negro. Nunca hay color; cuando estás a solas con tu soledad no hay color. Cuando hay gente a tu alrededor y te sientes solo, todo es gris. Cuando la soledad es tu único refugio, todo es gris. Y cuando la soledad va acompañada de sufrimiento, todo es negro. La soledad es blanca cuando aparece, pero si permanece su luz se va apagando. Y si aparece muchas veces es el alma la que se oscurece.

Es la amistad, no los amigos; es el afecto, es el amor. Son los sentimientos los que dan color. Como el arcoíris después de la tormenta. Como un jardín cuando llega la primavera, después del frío invierno. Y la soledad se aparta para permitirte ver todo ese color. Ella lo observa desde lejos, esperando a que se destiña, para volver a tu lado cuando la necesites, pues es la amiga más fiel que tendrás en toda tu vida.





© Hikari

Hana (3)

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On lunes, 18 de julio de 2011 at 15:48

Y seguimos con Hana :D Hoy hay poquito, porque seguí arreglando la historia pero la dejé para seguir con la historia de Balder, que la pondré algún día de estos, haciendo un inciso en Hana :D Ya veréis que guay!!
Bueno ya veis que voy añadiendo cosas poco a poco en el lateral del blog ^^ He añadido los botones de las historias de los espíritus de The Lost Light (el botón de Balder no lleva a ningún sitio, así que no chafardeéis porque sólo veréis el icono en una página aparte xDD). Y eso, cambiando un poco todo :) También he eliminado los 15 documentos de descarga de Last Century y he puesto el link a un pdf con toda la historia escrita, así ahorramos espacio jeje.

Y nada, os dejo ya con el trocito de historia de hoy!

      Más tarde, ese mismo día, Natsumi se presentó en casa de Hana.
      – Para este cambio de look vamos a necesitar dinero – comentó Natsumi. – ¿Tienes?
      – Bueno… tengo el dinero que me dieron para mi cumpleaños, que aún no me lo he gastado – contestó Hana.
      – ¡Estupendo! Pues cógelo todo – dijo ella sonriendo.
      El primer sitio donde la llevó Natsumi es a una peluquería. Hana se quejaba de que ella no quería cortarse el pelo, ya que había tardado mucho tiempo a que le llegara a media espalda. Pero Natsumi ignora los comentarios de su amiga y, a pesar de que Hana se oponía, la obligó a pasar.
Sentada en una silla, con el pelo recién lavado, Hana se miraba al espejo, acariciándose el pelo con cara triste. Natsumi le pegó en la mano diciéndole que se estuviera quieta. La peluquera se acercó, y Natsumi le comentó que quería que le cortara el pelo, pero que no sabían cómo.
      – Pues, por la forma de su cara – comentaba la peluquera – le quedaría mejor el pelo corto, con el flequillo hacia el lado, diría yo. Y si quieres también podemos cambiar el color…
      – ¡Ah, no! – replicó Hana – Teñirme no.
      – Pues… quizá unos reflejos castaños o caobas, que le den más brillo al pelo – dijo la peluquera.
      Hana se iba a volver a quejar cuando Natsumi consintió a la peluquera que hiciera lo que creyera conveniente, mientras hacía callar a Hana para que dejara de rechistar.
      Hana cerró los ojos mientras la peluquera le cortaba el pelo; no le gustaba ver los largos mechones caer al suelo. Una vez finalizado el trabajo, Natsumi le dijo a Hana que abriera los ojos. Al verse en el espejo se quedó sin palabras.
      – ¿Qué tal? – preguntó la peluquera.
      – ¡Uah! ¡Estás genial, Hana! – exclamó Natsumi.
      Lo único que era capaz de hacer Hana era tocarse la punta de su corta melena, que llegaba hacia mitad del cuello.
      – ¡Pero di algo! – se quejaba Natsumi.
      – Me veo… rara.
      Natsumi no hacía más que repetirle lo guapa que estaba, incluso después de salir del establecimiento.

Sesión de peluquería... la próxima... de compras! xD


© Hikari

Anécdota de la semana

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On domingo, 17 de julio de 2011 at 15:35

Cuando voy de copiloto en el coche de Carlos,
él se limita a conducir, y yo me dedico a insultar a los otros conductores xD
Pues fuimos a un centro comercial,
y en el parking no había sitio para aparcar.
Dábamos vueltas y vueltas.
Entonces vimos a un listo que había aparcado su coche
ocupando cinco plazas del parking de motos
y estaba el de seguridad echándolo de ahí.
Yo me reía "Jaaa jaaaa POR LIISTOOO"
y cuando repetía por segunda vez "Liistooo"
Carlos me bajó la ventanilla ¬¬
No sé si ese hombre llegó a oírme...
PERO ME DA IGUAL! xD


Hikari

Hana (2)

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On sábado, 16 de julio de 2011 at 10:06

Nadie había notado que faltaba una frase en el final de la anterior entrada de Hana? xD

Estaba arriba, en la azotea. Al salir de la azotea, cogió aire y con una sonrisa miró al suelo. Allí había un pedacito de papel. Extrañado, lo cogió y, al mirarlo, decidió guardarlo.

Realmente pensaba que tenía más escrito de esta historia jaja Hoy que estoy solita y no tengo quien moleste me voy a poner a pasar un poco :) Ale, os dejo con más jeje

      De camino a casa, una vez finalizadas las clases, los cinco amigos hacían planes para esa tarde. Hablaban de ir a merendar a casa de Kato. Hana, que estaba un poco ausente de esa conversación, les dijo que ella no podía ir. Natsumi, al ver la cara de Hana, dijo un poco vacilante que ella tampoco podía. Los tres chicos las miraban pretendiendo que les dieran alguna explicación más, pero no dijeron nada. En el cruce de caminos, Hana y Natsumi se fueron hacia un lado, y los tres chicos hacia otro.
      –  Hana, – dijo Natsumi, mirando a Hana con cara apenada – ¿qué ha pasado? ¿Te ha rechazado?
      –  No… – contestó Hana, cabizbaja – Es que no he llegado a darle la carta…
      –  ¡Cómo que no! – exclamó Natsumi – ¿Te ha entrado el pánico en el último momento?
      –  No es eso… – dijo mirando a Natsumi.
      –  ¿Y entonces?
      –  Es que… – murmuraba mientras entrecruzaba sus dedos – él… estaba con una chica…
      Natsumi la miró muy sorprendida; no sabía que Kato saliera con alguien. Hana dibujó una sonrisa triste mientras se encogía de hombros. Las dos chicas se quedaron en silencio. Natsumi vio a su amiga desanimada, y quiso que, al menos, no se diera por vencida aún.
      –  Es raro que no haya dicho nada – dijo Natsumi, sospechando.
      –  No sé, supongo.
      –  Quizá esa chica sea sólo un capricho. O quizá esa se le estaba declarando. No te desanimes… ¡Mientras no lo haga oficial aún tienes posibilidades! – exclamó Natsumi, convencida de sus palabras.
      –  No sé – dijo Hana dubitativa –. Esa chica era muy guapa. Muy… muy…
      –  ¿Muy guarra? – comentó Natsumi con desprecio.
      –  ¡No! – exclamó Hana – Era muy femenina. ¿Y yo? Mírame…
      –  No estás tan mal, Hana… – intentó consolarla su amiga – Si es eso lo único que te preocupa, tiene fácil solución. ¿Haces algo esta tarde?
      –  No… – contestó Hana, temiendo la idea que Natsumi pudiera tener.
      –  ¡Pues nos vamos a dedicar a hacer de ti una mujer explosiva! – exclamó Natsumi – Ya verás como caerá rendido a tus pies.


© Hikari

Meme

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On viernes, 15 de julio de 2011 at 13:47

Bueeeno, y aquí estoy hoy para contestar a este meme que ha sido otorgado poooor Sora! ¿Quién sino? :P


1) Cinco películas que NO recomiendas:
Uff aquí va mucho el criterio de cada uno... Yo en realidad soy muy poco exigente con las películas... creo que la única que vi y no me gustó fue la de Silent Hill... Las que me parecen malas directamente no las veo xDDD

2) Cinco películas que SÍ recomiendas:
De Indiana Jones: En busca del arca perdida y La última cruzada
La búsqueda 1 y 2
Resacón en las Vegas (la primera principalmente; la segunda también es muy divertida, pero es más de lo mismo).
Darkness
Venganza (Taken)
-> Más que por películas lo he hecho al principio por "sagas" xDD

3) Cinco cosas que te tienen harta/o:
Que el bus pase cuando le salga de los huevos.
Que las señoras de la copistería se lo tomen con tanta calma.
Que llueva cuando no tengo paraguas.
Que me despierten con el ruido.
Que asuman que vas a hacer lo que la gente quiere.

4) Cinco instrumentos que te gustaría tocar:
Piano *-*, violín, guitarra, flauta travesera y.... bueno, más que querer saber tocar... me gusta mucho como suena el arpa xD

5) Cinco lugares que te gustaría visitar:
Australia, Japón, Canadá, Jordania y la Polinesia xD

6) Cinco comidas (saladas) favoritas:
Pahtahtah friihtah! xD Espaguetis... pizza... lentejas (sí, creéroslo!) y paella!

7) Cinco postres favoritos:
Arroz con leche, Danissimo de Stracciatella *p*, gelatina, milhojas y helados variados.

8) Cinco cantantes favoritos:
Avril Lavigne, Leona Lewis, Christina Aguilera, Rihanna, Hata Motohiro

9) Cinco bandas favoritas:
Secondhand Serenade (recientemente descubierto, gracias a Yami (no Yami mujer, sino Yami hombre xD) y me encanta :D), Nickelback, Black Eyed Peas, Paramore, Bump of Chicken.

10) Cinco malos hábitos:
Ignorar al profesor de manera muy descarada; Levantarme pronto cuando no hay nadie en casa para ponerme a jugar; Dejar que mi habitación siga las leyes de la entropía (queda bastante mejor que decir que no recojo xD); Chuparme los dedos cuando como con las manos y.... comer con las manos cuando no hace falta xDDD

11) Cinco cosas que no te gustan de internet:
Lo que más... SPAM y la gente que se deja engañar por él xD El porno camuflado xD El que por no formar parte de una red social dejes de ser guay. Publicidad... publicidad everywhere... Y la dependencia que crea internés...

12) Cinco costumbres:
Hacer el perro por costumbre antes de levantarme (por eso me pongo el despertador 15 minutos antes xDD); quitarme la roña, aunque sea inexistente, de debajo de las uñas xD; salir de casa sola con los auriculares puestos (y la música sonando, claro xD); acicalarme a más no poder cuando noto que alguien me mira (no vaya ser que haya "churretes" o pelos descolocados xD); subirme las gafas... aunque no las lleve xDDD

13) Cinco buenos recuerdos:
La cara de tonta que se me quedó cuando se me declaró mi novio :P
La sonrisilla de mi sobrino *p*
El poder almacenar 40000 recuerdos con amigos de verdad (no podría escoger uno de esos :) )
Las tardes en la plaza con mi hermana cuando yo tenía 10 años.
El poder colaborar con un grupo de gente tan genial como TSG :D

14) Cinco apodos:
Hikari, Hikarita (por qué le gusta a la gente poner diminutivos? xD), Soni, petarda... xDDD (sólo Carlos jajaja) y Dra Salá :P (no, no es mi apellido xD).

15) Cinco cosas que nunca te cansarías de hacer:
Reírme de cualquier situación (real o imaginaria), inventarme mis propias historias, jugar, cantar y.... hacer reír a la gente (por algo también me llaman payasa... pero con cariño xDD).

16) Cinco sueños ridículos (según tú) que tengas o tuviste:
A ver, para sueños de soñar mientras duermes hay una sección bien hermosa xD No voy a hacer la selección, creo que la gran mayoría ya son bastante ridículos xD
Sueños del plan "de mayor quiero ser... *-*" pueeees: querer ser una singstar y dejar al público alucinado con mis canciones y mis coreografías!! xDD Ser una arqueóloga super guay como Indiana Jones, con Nazis incluidos xDD (a ver, no Nazis, pero peligros y todo eso xD). Ser presidenta del mundo mundial. Y el último que se me ocurre, que quizá es el menos ridículo, es tener mi propia clínica privada y que me den el Nobel por descubrir la vacuna contra el SIDA xDD

17) Cinco discos favoritos:
"A twist in my Story" de Secondhand Serenade, "The best damn thing" de Avril Lavigne, "A present for everyone" de Busted (me encantaba ese grupo... que pena que se separaran), "Pieces of a dream" de Anastasia y "Echo" de Leona Lewis.

18) Cinco personajes masculinos favoritos:
Todo lo que haga Will Smith xD Indiana Jones, Spencer Reid de Mentes criminales, Zelgius Ike del Fire Emblem, y el Pato Donald xDDD

19) Cinco personajes femeninos favoritos:
Titania del Fire Emblem (Rules!), Tsukushi Makino de Hana Yori Dango, Azumi de Last Century (*Coff coff), Ursula de la Sirenita (su canción mola un montón xD) y Bella de la Bella y la Bestia.
Me ha costado escoger a personajes femeninos... he recurrido a Disney al final jaja.

20) Cinco tonterías que siempre quisiste hacer:
Flotar (no volar, flotar), hacerme una foto haciendo burbujas de jabón xD, hacerme una foto con Mickey Mouse en Disneyland París T_T, tener un dragón por mascota, hacerme invisible

21) Cinco canciones que te sabes de memoria:
Aozora no Namida :P Come what may, you're the one that I want, If I never knew you y... broken strings.

22) Cinco cosas que te gustan de tu estación favorita:
Otoño: el color de las hojas, el fresquito que hace en la calle, mi cumple xD Volver a encontrarme con mis compañeros y.... no sé... oh! me gusta ir andando por la calle y oir el crec crec de pisar las hojas secas xDDD

23) Cinco cosas que nunca harías:
Nunca digas de este agua no beberé....

24) Cinco personas que te gustaría conocer en la vida real:
Oh! WILL SMITH! YO CON ESE YA SOY FELIZ! xD


Se lo paso a el que lea el post! Por ejemplo... Yami! Te ha tocado! xD



Hikari

Estrenos! :D

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On jueves, 14 de julio de 2011 at 20:47

Primero de todo quería dar las gracias a todos! Más Allá de la Realidad ya tiene 5000 visitas :) Ha tardado lo suyo, pero ha llegado con mucha mucha ilusión ^^ Así que gracias a los que pasáis por aquí de vez en cuando! No tengo tiempo ni inspiración para dibujar nada para este momento... Así que he pensado... ¿qué tal empezar hoy la historia de "Hana"?

Siiii ueeee bieeeeen
Calma, calmaaa :D Os tenéis que esperar un momentín!

Quería comentar también que he pensado en cambiar el aspecto del blog! Noooo la plantilla porque me costó mucho encontrar una adecuada y coñe, que esta me gusta xDDD Pero he pensado en cambiar algunos botones y en hacer algo con esa cabecera que era provisional y lleva demasiado tiempo ahí ya ¬¬ Igual hago nuevas secciones, peeeeero no de cosas nuevas, sino, por ejemplo, desglosar "Anécdotas" que había cosas que como no sabía donde meterlas las ponía ahí xD Así que el blog se acicalará un poquito pero se mantendrá igual jeje

Y nada, os dejo con el comienzo de Hana :D (tengo que hacer el botoncito de esta historia también...)


        Hana es una chica normal y corriente. Pertenece al club de atletismo de su instituto; le gusta el manga y los videojuegos. Suele llevar ropa holgada, porque así se siente más cómoda. Muchas de sus tardes libres las pasa con su grupo de amigos: Natsumi, Kato, Yoichi y Ryosuke. Van al parque a pasar la tarde, a la cafetería, o a casa de alguno de ellos a jugar. Hana está enamorada de Kato, aunque este secreto sólo lo sabe Natsumi, que es su amiga y confidente.
        Últimamente, a la hora del almuerzo, Kato se escabullía y subía escaleras arriba; Hana pensaba que posiblemente fuera a la azotea. Un día, Hana decidió hacerle saber que le gustaba a través de una carta, puesto que no tenía coraje para decírselo a la cara, y dársela en privado cuando subiera a la azotea.
        Un jueves como otro cualquiera, Hana, al volver del lavabo, se dio cuenta de que Kato ya había subido a la azotea. Rápidamente, cogió la carta de su mochila y subió por las escaleras. Delante de la puerta de la azotea, con los ojos cerrados, Hana se daba fuerzas y ánimos a sí misma: “Vamos, Hana, tú puedes”. Realizó una inspiración profunda y giró lentamente el pomo de la puerta. Abrió tan solo un poco la puerta, lo suficiente para comprobar que Kato estaba allí. Para su sorpresa, Kato sí estaba allí, pero estaba acompañado. Estaba con una chica, que estaba enfrente de él, muy cerca. De pronto se besaron. Hana sintió como si toda su ilusión y esperanza se hubiera roto. Cerró la puerta con cuidado de no hacer ruido. Una vez cerrada la puerta, Hana se apoyó en ella, conteniendo las lágrimas y apretando fuertemente la carta que le iba a entregar.
        Apoyada en la puerta, Hana se sentía idiota por haber tenido esperanzas. Harta, rompió la carta en mil pedazos. Cerró los ojos, cogió aire y una lágrima rodó por su mejilla. Se limpió con un pañuelo, recogió los pedazos y se marchó a su clase. Tiró los trozos a la papelera y regresó a su asiento. Sus amigos la vieron un poco decaída y le preguntaron qué le pasaba; ella afirmó que estaba bien. Mirando hacia la puerta, Hana vio pasar a la chica que estaba con Kato, aunque él todavía no había bajado. Estaba arriba, en la azotea. Al salir de la azotea, cogió aire y con una sonrisa miró al suelo. Allí había un pedacito de papel. Extrañado, lo cogió y, al mirarlo, decidió guardarlo.

Desaparecida

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On sábado, 9 de julio de 2011 at 22:47

Madre mía, hace una semana que no enciendo el ordenador xD
Este mes de julio he empezado a hacer prácticas de cirugía en el hospital de Viladecans :) Y claro, me levanto a las 6, por la tarde disfruto al aire libre o viciada a la consola (xD) y a las 22h me muero y caigo rendida en la cama.... en serio... mira que me cuesta dormir un montón, pues llevo una semana que a los cinco minutos estoy roque jaja
Hoy he encendido el ordenador porque había salido la nota de un examen (aprobada :D) y desde el móvil no se me habría bien la página... QUÉ NERVIOS CUANDO HE VISTO QUE HABÍAN PUBLICADO LAS NOTAS...  22 créditos de asignatura... como para repetirla... Pero en fin, lo logré =.=  Ahora sólo me queda saber una nota y ya :D
Y bueno, dejaré esto un poco desierto... porque no es que tenga muchas ganas de ponerme al ordenador... Más que nada porque llevaba un mes encerrada en mi cuarto, estudiando 10 h al día, y con el ordenador siempre al lado... igual lo asocio un poco a estudio ya, y me da pereza jaja En cuanto me acostumbre al nuevo horario y tenga fuerzas para escribir me iré pasando :)
Tengo un par de anécdotas que contar, y tengo que hacer lo de las anécdotas por dibujos... pero no me siento inspirada para dibujar, requiere demasiada concentración, más de la que yo tengo ahora, y me es imposible jeje. También tengo que empezar a subir la historia de Hana. Ya empecé a arreglarla (tengo un par de "capitulillos"), pero no quiero subirla y dejarla una semana ahí tirada sin más.... y que se me vaya acumulando el trabajo... Que por ese motivo la dejé de escribir.
Y nada, os dejo con un vídeo que ya puse hace tiempo en World of Hikari, pero que por algún motivo u otro siento que necesito volver a ver :)


Anécdota de la semana

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On domingo, 3 de julio de 2011 at 13:02

Estaba a punto de irme a dormir
cuando vi un bichito en la pared.
Dispuesta a acabar con el de un zapatazo
desapareció volando.

Me giro a apagar el ordenador y....
"COOO*OOOOO!!"
el bicho estaba al lado del ratón.
¡¡¡QUÉ SUSTO LECHES!!!


Muerte trágica la de ese bicho.... se topó con la persona equivocada...