Juego de Imaginación

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On domingo, 11 de noviembre de 2012 at 17:07

Bieeeeeeen hoy toca juego! Buah, si no es por esto haría ya mil que no escribo nada... Pero ayer solté toda la porquería que necesitaba liberar y creo que ya estoy más inspirada para hacer algo que merezca la pena.... Gracias Carlos :)
En fin, los resultados de la votación son:

  • Arisu le hablará de su música e instrumentos, y de sus gustos en general. Y si se da la ocasión saldrá alguna anécdota divertida, que es lo que deduzco que son las "Otras cosas" de la votación jaja

Y como dice Shuka, vamos a ver si nace el social link! jajajaja No lo había pensado hasta que lo leí en tu comentario jajaja Hoy será largo, para compensar las dos semanas jaja


     – Lo que tú quieras – dijo Manabe, dejando un amplio abanico de cosas que contar. Arisu hubiera preferido algo más concreto, porque no sabía qué era exactamente lo que él querría saber de ella.
     – Pues... – rió algo nerviosa, buscando un tema – Estoy en el club de cocina del instituto... pero... pero eso ya lo sabes – de nuevo rió, buscando apoyo en los laterales de la mesa, como si pudiera haber algo escrito que le diera alguna pista –. ¡Piano! – exclamó de repente, provocando cierta extrañeza en Manabe, que sonrió desorientado. – Me gusta mucho tocar el piano, lo hago desde muy pequeñita... Por eso miraba un teclado en la tienda, eso podría tenerlo en la habitación.
     – En el aula de música también hay un piano – dijo él, viendo la nostalgia con la que hablaba del instrumento.
     – Ya... lo sé – rió recordando sus intrusiones a escondidas en el aula, y suspiró finalmente pensando en el resultado de las dos primeras veces, discutiendo con Harada.– Pero así podría tocarlo cuando yo quisiera, ¿sabes? Se me da bastante mejor que la guitarra...
     – ¿También tocas la guitarra? – parecía sorprendido.
     – Lo intento – parecía que no hacía más que reír nerviosa, pero esta vez Manabe la acompañó – ¿Tú tocas? Antes has ido a mirar las que había allí colgadas.
     – Que va... Me molan, el diseño y el sonido... Pero me veo incapaz de tocar ningún instrumento. Yo me quedé en la flauta y de ahí no paso – por primera vez pudo ver la sonrisa sincera y espontánea de Arisu, y eso le hizo sentir a él algo cohibido.
     – ¿Y qué guitarrista te gusta? – preguntó curiosa – ¿Jimi Hendrix?
     – Hombre.... – separó las palmas de sus manos hacia los lados, constatando la evidencia con tan solo ese gesto – Ese hombre era grande. Con la canción esta de...
     No recordaba el nombre, estaba segura de eso, pero intentó interpretar la melodía, a la vez que deslizaba la mano izquierda por el mástil de una guitarra imaginaria, y los dedos de su mano derecha se movían jugando con las cuerdas de esa misma guitarra. Arisu reía, mientras afirmaba conocer la canción.
     – No pareces el tipo de chica que escucha música de ese estilo. – comentó una vez finalizado el sólo de guitarra.
     – Me gusta la música en todos sus estilos, siempre que esté bien hecha – siempre se lo habían dicho, que sus gustos musicales eran muy dispares y no encajaban siempre con la imagen que daba. Manabe asentía, dándole la razón.
     – ¿Y por qué el piano?
     – Ah, bueno... – mucha gente se lo había preguntado, amigos y familiares, y siempre le había dado vergüenza decir el motivo – Porque siempre me ha gustado como suena.
     Manabe sonrió, sin sospechar que ese no era el verdadero motivo. Cuando era pequeña, su padre le hablaba de los diferentes instrumentos que podía tocar, y le dijo que el piano era compañero de todos y amigo de nadie, porque no podías decir que era tuyo más que aquel que tenías en casa, y siempre tocabas el que hubiera en cualquier lugar, esperando triste a que alguien quisiera hacerlo sonar.
     – ¡Pues yo haré que todos esos pianos sean mis amigos! – exclamó la pequeña Arisu con fuerza, poniéndose de pie en el sofá.
     – Para eso tendrás que presentarte al piano primero – reía él viéndola tan convencida. – Así es como su sonido brillará más, demostrando lo feliz que es al tener una amiga tan buena como tú.
     Arisu sonreía nostálgica, y Manabe, frente a ella, sin entender por qué lo hacía, estaba absorbido por ella.
     – Y gustándote tanto la música, ¿qué haces en el club de cocina?
     – Ebisawa parecía no tener mucha idea de cocina a pesar de llevar el club, y me parecía divertido – rió, sabiendo que era un motivo muy poco motivante. – Además, ya era hora de aprender a hacer algo... ¿Y tú? ¿Por qué baloncesto?
     – Antes era más bajito y mis primos se reían de mí cuando jugaba... Y me prometí a mi mismo que llegaría a ser lo suficientemente bueno para darles una paliza – se veía que le habían herido el orgullo de niño, y que aún luchaba por ello, y eso se reflejó en una pequeña risilla en Arisu. – ¡No te rías! Ahora que he pegado el estirón soy invencible, ¡y tendré mi revancha!
     Sabía que no debía reírse, porque parecía ir muy en serio con aquello, pero le parecía tan tierno, tan infantil, que no había forma de contener esa sonrisa divertida que se escapaba por todas partes. Y la mirada frustrada de Manabe no hacía más que provocarle más risa, que con todas sus fuerzas intentaba controlar. Hasta que, al fin rendido, le permitió que riera.
     Había sido una tarde amena. Por fin había conseguido abrirse un poco y se había olvidado de la tensión del principio. Pensaba en todo ello mientras caminaban en silencio.
     – ¡Eh, Yoshi! – alguien llamó a Manabe. Parecía ser un amigo, tal vez alguien del instituto, sentía que ya lo había visto antes. Ellos hablaban animadamente, mientras Arisu esperaba, algo apartada, a que la conversación terminara – ¡Ah, novia nueva, eh! – exclamó cuando se percató de la presencia de Arisu, que no pudo hacer más que sonrojarse. – Te las llevas tú todas, deja algo para los demás.
     – ¡Porque yo lo valgo, chaval! – los dos empezaron a reír, y poco después terminaron la conversación.
     Manabe empezó a caminar, esperando que Arisu le siguiera, pero no fue así. Se volvió hacia ella, que la miraba con unos ojos apagados. Se acercó, sin decir nada.
     – Yo no soy una de tus novias.
     – Ya... lo sé – se dio cuenta de que había estado bromeando sobre eso en su presencia, y suponía que por eso se veía molesta.
     – Bien.
     Y ahí terminó la conversación de aquella tarde. La acompañó hasta el dormitorio, y allí se despidieron. Siempre pasaba igual con él, conseguía hacerla sentir especial, hasta que aparecía su séquito de novias que la devolvían a su lugar. "Chie tiene razón" rió algo triste.
     De nuevo lunes, otra semana comenzaba. Aquella estaría además bastante completa, porque debía ensayar para el recital del domingo.
     – Pareces cansada – le comentó Mio a la hora de la comida. – ¿Has dormido bien?
     – No mucho... – tenía la mirada fija en el vació, siéndole imposible apartarla hasta que Mayu chasqueó sus dedos frente a su nariz.
     De vuelta a clase, Arisu miró su móvil, para ver si tenía algún mensaje de Manabe. No había nada nuevo en su bandeja de entrada, lo que reafirmaba su teoría de que sólo era una chica más para su lista.
     – ¿Qué tal tu cita ayer? – le preguntó Harada divertido, ya en el aula de música.
     – Que no era una cita... – dijo Arisu frustrada, intentando hacerle ver que no era nada de eso. – Sólo que le debía esa vuelta... – realmente todo empezó así, sintiendo que le debía algo por haber faltado al entrenamiento. – Y tú que tienes siempre tanta prisa por empezar el ensayo... ¿Ahora vas de paparazzi?
     Harada arqueó una ceja. No estaba acostumbrado ver a Arisu tan hostil, o por lo menos no sin ser un manojo de nervios.
     – Así que no fue bien, ¿eh? – rió entonces al ver por fin el rostro enrabietado de Arisu. Ella, molesta, se sentó mirando al piano, dándole la espalda. – Está bien, está bien...
     Al contrario de lo que había pasado la vez anterior, la armonía entre los dos instrumentos se había distanciado. Algo estaba mal, y Harada creía saber el qué.
     – ¿Podrías concentrarte un poco más en la música?
     No entendía por qué le había molestado tanto lo sucedido el día anterior, pero desde entonces estaba tensa. Quizá empezaba a gustarle un poco Manabe, o quizá era rabia porque se había abierto con él y no había conseguido más que sentirse un trasto. Suspiró agotada, cuando de pronto sintió el peso de una mano sobre su cabeza.
     – ¿Estás bien? – Harada estaba encurvado, buscando su mirada. Cuando estas dos se encontraron, el corazón de Arisu empezó a latir tan rápido y tan fuerte, por tenerlo tan cerca, que del miedo que tuvo de que pudiera llegar a oírlo, apartó su cara con la mano, alejándolo todo lo posible.
     – ¡No hace falta que te acerques tanto para preguntar! – alzó la voz sin quererlo.
     – ¿Te he puesto nerviosa? – a Harada le había hecho gracia aquella reacción. Por suerte, no le había empujado la cara muy fuerte.
     – ¡De los nervios, es lo que me pones! – y, a pesar de que siempre conseguía sacarla de quicio, aquel día aquella situación le hizo reír. No eran carcajadas, tampoco era divertida, pero aquella risa la ayudó a liberar parte de la tensión que tenía acumulada. – Anda, sigamos practicando.
     Y, milagrosamente, la música empezaba a oírse mejor.
     – Toma – Harada, una vez ya hubieron recogido, le entregó dos entradas para el recital del domingo –, para tus padres.
     – Ah... Gracias – Arisu miraba las entradas algo triste –, pero mi padre está en Estados Unidos y no podrá venir...
     – Pues se la das a quien tú quieras – dijo sonriente, mientras se colgaba la funda del violín al hombro.
     Arisu asintió y le dio las gracias de nuevo. De camino al dormitorio, pensaba en quién podría acompañarla.

¡PREGUNTA!
Que tu madre irá a verte es algo que tienes más que claro, pero ahora tienes una entrada que no sabes qué hacer con ella... Hay bastante gente a la que podrías llevar, pero sólo puedes escoger a una.
  • Quizá si llamo a mi padre podría venir el fin de semana...
  • Mayu
  • Chie
  • Mio
  • Uboshita
  • Daiki
  • Manabe
  • Se la devuelvo a Harada, por si él quiere traer a alguien más.

Como dijo Carlos, Arisu está rodeada de hombres jajajaja En fin, la opción de hacer una batalla a muerte entre todos ellos no la he incluido, porque sé que saldría ganadora y me comería yo el marrón xDD



© Hikari

Comments:

There are 3 regalos for Juego de Imaginación