A pesar de la insistencia de los tres chicos en saber qué había pasado, ninguna de las dos dijo nada.
Una vez en la cafetería, los chicos intentaban sonsacar el por qué había gritado antes Natsumi.
– ¿De qué hablabais? – Yoichi apoyó su brazo sobre la mesa, y se acercó hacia ellas.
– De nada que te importe, cotilla – Natsumi lo miraba risueña, mientras Hana sonreía mirando hacia otro lado.
– ¡Sí, hombre! No puedes soltar un berrido en mitad de la calle y no contarnos qué pasa – Kato se quejaba, señalando a Natsumi con el dedo.
– ¡Cómo que berrido! Perdona, chaval, pero yo tengo una voz que ni los de la ópera – alardeaba Natsumi, poniendo cara de soberbia.
– Oh, cierto, no me acordaba – Yoichi le seguía el juego, y puso su mano en el pecho y agachó la cabeza mostrándole respeto –. Pero, por favor, no cantes…
Natsumi se molestó y se levantó de la mesa para darle una colleja a Yoichi, el cual se escondía entre sus brazos. Todos reían. Natsumi regresó a su silla, poniendo morritos para hacerse la enfadada. Hana la miraba divertida, porque sabía que los tres amigos se metían con ella sólo para ver su reacción, y Natsumi siempre caía.
Una vez decidido que iban a marcharse dentro de poco, Yoichi hizo la pregunta que los tres estaban pensando desde hacía rato.
– Y bien – Hana, que estaba removiendo los cubitos de la cocacola con la pajita, levantó la mirada –, dinos Hana. ¿A qué se debe tu cambio de imagen?
– ¿Eh? – no pudo evitar sonrojarse porque el motivo por el que había cambiado tanto la estaba mirando atento esperando la respuesta.
– Es que – intervino Natsumi, apoyando su brazo en la mesa, y haciendo círculos en el aire con su dedo índice –, cuando una chica está enamorada debe ponerse más guapa para conquistar a su chico.
Los tres chicos se quedaron callados. Por debajo de la mesa, Hana pegó una patada a Natsumi.
– ¿Te gusta alguien? – preguntó Ryosuke, sorprendido.
– ¡N-no! – Hana empezó a ponerse nerviosa, y el leve sonrojo de sus mejillas se extendió por todo su rostro – ¡Natsumi, no inventes! – volvió a golpearla, por el lío en que la había metido.
– ¡Ya, claro! – Kato se reía de la situación, y tenía mucha curiosidad en saber el nombre del chico que le gustaba Hana – ¿Te has visto la cara? ¡Va, di quién es!
– ¡Que no! ¡Callaos ya!
Estaba tan nerviosa que Hana era incapaz de controlar la situación. No sabía qué decir ni qué excusa inventar. A Yoichi le dio pena Hana, puesto que se veía realmente apurada.
– Bueno va, dejadla, pobrecilla…
– ¡Sí, hombre! – exclamó Kato – ¡Yo quiero saber quién es!
– ¡Y yo, y yo! – Ryosuke también insistía – ¿Es alguien de clase?
– ¡Oh! ¡Quizá del club! – Kato se giró hacia Ryosuke, y ambos iban sacando conclusiones sin llegar a ninguna parte.
Hana apoyó la barbilla en su mano derecha, mirando, harta de la situación, hacia otro lado. Entonces Natsumi la abrazó.
– ¡Pobrecita! Dejadla en paz – Natsumi acariciaba la cabeza a Hana, para consolarla.
– Todo esto lo has empezado tú – murmuró Hana, mirando de reojo a su amiga.
© Hikari
La que a líao Natsumi xP haber como sale la pobre Hana de esta...
¡Besos!
Jajajaja menuda lianta Natsumi, es el alma de la fiesta xDD El grupito es muy majo =) Que jodía, la ha puesto roja y luego dice que la dejen en paz xDD Natsumi rules
Ahahahaha esta Natsumi... y qué mona Hana! >w<
Cada vez me gusta más la historia!