Juego de Imaginación

Publicado por Hikari | Etiquetas: | Posted On sábado, 6 de octubre de 2012 at 18:05

Bueno, día de prueba! :D O semana mejor dicho jaja Pondré la encuesta para dos semanas, pero si a la semana ya veo que ha votado suficiente gente la escribiré, sino, la dejaré otra más, y si no llegamos al límite pasaré la historia al ámbito privado y ya la iré subiendo cuando me venga; y si consigue los 4 puntos mínimo que requiero para seguir, pues seguiremos por aquí! :D (no vale votar dos veces, eso es trampa! jajaja)

  • De nuevo 2/3 (porque luego vi un comentario en la entrada que daba su voto :D) gana! jaja Carlos y Shuka se pusieron de acuerdo -tal para cual xDD-. Y nada, como ya sabe lo buena que es con la música, deja que le llenen un poco el orgullo pero sigue con lo suyo xD O sea, que pasará del comentario y se pondrá manos a la obra!
     Siempre le gustaba que le dijeran cosas así, y más las personas como Harada que se debían tragar el orgullo para soltarlas, pero no era momento de un juego de lisonjas y de "tú más; no, tú más", así que decidió fingir no darle importancia a sus palabras para poder ponerse a trabajar cuanto antes, porque el tiempo tampoco era demasiado.
     –Bueno, ¿tienes por ahí la partitura? – Harada reaccionó, y de un brinco fue hacia su cartera a coger las partituras del piano. – Gracias.
     Las colocó en el atril, y antes de empezar a tocar nada, acarició suavemente las teclas del piano, agachando la cabeza mostrándole sus respetos al instrumento. Empezó a leer la partitura. Nunca había tocado aquella canción, pero no parecía muy difícil, por lo menos lo que a ella le correspondía.
     Se volvió hacia Harada, esperando para que le diera la entrada. Él, ya colocado con su violín en disposición de tocar, asintió con la cabeza y colocó el arco sobre las cuerdas. Inmediatamente después de que la vibración de las cuerdas generara el dulce sonido del violín, Arisu empezó a tocar. La compenetración era bastante buena, pero aún había muchas cosas que perfilar.
     Una vez en su dormitorio, Arisu se lanzó a la cama, agotada por el duro día. Y pensar que aún le quedaba otro largo día para terminar la semana, hacía que se sintiera aún más cansada.
     "Buenos días!"–decía el mensaje de aquel sábado de Manabe–"Si vienes a vrme oy al ntrenamiento t cncedere 1dseo :D". Arisu resopló tras leer el mensaje. Tanto ajetreo últimamente la tenía agotada, y ese chico era el que más energía le robaba. Guardó el móvil en el bolsillo de su cartera, y entró en clase. Rápidamente retrocedió al ver dentro a Sakura discutiendo con Mayu. Asomó la cabeza para intentar descubrir de qué iba el asunto, cuando de pronto Sakura salió por la puerta furiosa.
     –¡Todo es por tu culpa! –la miraba con rabia. Sin decir nada más que eso, la apartó de un empujón, en el que Arisu terminó golpeándose contra la pared, y siguió adelante.
     –¿Estás bien? –se acercó Daiki a preguntar, que había visto la escena mientras avanzaba por el pasillo. Arisu asintió.– Qué asco de tía.
     Entraron juntos a clase. Mayu tenía la cara oculta entre sus manos. Estaba tensa, muy tensa. Arisu se acercó para preguntar cómo estaba, pero ella no respondió. Finalmente apartó sus manos a la vez que se echaba hacia atrás.
     –La odio... –únicamente dijo eso.
     Ebisawa entró por la puerta, corriendo Mio tras ella. Se había dormido aquella mañana. Sentadas en su asiento, mientras la profesora avanzaba en su explicación, Arisu le susurró a Mio que si le importaba que Mayu comiera con ellas, que no quería dejarla sola.
     –Es que hoy... –Mio no parecía querer que Mayu se les uniera precisamente ese día. Suspiró, buscando respuesta a su alrededor. Arisu entendió lo que pasaba.
     –Te aseguro que Mayu no tiene el más mínimo interés en tu hermano –todos los problemas empezaron porque querían conocer a Ryoji y usaron a Mayu como mediadora para acercarse a Mio, pero realmente ella no tenía ningún tipo de afección hacia él.– De verdad...
     Mio la miró, aún no del todo convencida, pero Arisu parecía tan segura que no tuvo otro remedio que aceptar la presencia de Mayu durante la comida.
     Las tres chicas estaban sentadas bajo el árbol de siempre. Había un silencio incómodo, porque a Mio no le agradaba la presencia de Mayu allí, ésta no estaba de humor para hablar, y Arisu no sabía qué decir para romper el hielo.
     –Mi hermano vendrá en nada –dijo finalmente Mio para poner en situación a la tercera en aparecer en su pequeño refugio.
     –¿Quieres que me vaya? –Mayu entendía que no quisiera que tuviera contacto con su hermano, y después de la discusión con Sakura de la mañana, prefería apartarse en vez de generar más problemas.
     Mio no dijo nada. Bajó la mirada y la desvió hacia Arisu, haciéndole entender que aunque había accedido seguía sin parecerle bien que Mayu estuviera allí. Se levantó y se sacudió la falda, pero antes de que diera un sólo paso Arisu decidió intervenir.
     –¡Le gusta Hayame! –exclamó de repente. Mayu la miró, sonrojada y con los ojos bien abiertos.
     –¿Hayame? –preguntó Mio confundida.– No sé quién es...
     –¡Sí, mujer! El chico de tercero, del club de tiro, que lleva unas gafas redondas y el pelo enmarañado –explicaba mientras hacía dos círculos alrededor de sus ojos con sus dedos índice y pulgar.
     –¡Arisu! –Mayu la intentaba hacer callar. Se agachó de rodillas para taparle la boca.– ¡Cállate! ¿Por qué dices nada?
     Arisu perdió el equilibrio mientras aguantaba el peso de Mayu, y cayeron las dos estiradas en el césped. Mayu seguía forcejeando, porque Arisu, entre risas, parecía querer continuar con su explicación. Mio intentaba de algún modo separarlas.
     –¿Qué hacéis? –Ryoji había llegado, encontrándose con aquella escena tan extraña. Mayu se incorporó en seguida, avergonzada, mientras Arisu intentaba levantarse aún riendo.
     –Me voy –dijo Mayu, levantándose veloz, pero Mio la frenó.
     –Quédate –Mayu se giró, viendo el rostro suplicante de Mio. Curvó sus cejas, preguntándose si de verdad estaba bien, y Mio asintió a esa mirada con una sonrisa. Finalmente se sentó.
     Fue una comida divertida, donde parecía que se empezaba a forjar la confianza entre dos antiguas enemigas. Eso hacía sentir a Arisu muy feliz.
     De nuevo en clase, aguantando los bajos y agudos de la voz del profesor de historia, Arisu empezó a divagar, pensando en qué podría hacer aquella tarde.

¡PREGUNTA!
Aburrida, de nuevo vuelves a pensar qué hacer por la tarde, ya que mañana es día libre y te la puedes tomar de relax. ¿Cuál es tu plan?

  • Me gustaría quedar con Mayu, que hoy parece necesitar apoyo...
  • Podría ir al entrenamiento, Manabe me ha dicho que me concedería un deseo si voy.
  • Iré después a buscar a Harada, a ver si le apetece ensayar cuando acaben los del club de música.
  • Me iré a casa a hacer deberes, así ya los tengo hechos.
  • Otros... (comentario!)
Y ya está! A ver qué tal esta semana :)



© Hikari

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